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“Donde el cielo toca tierra”: Llega a salas un drama distópico chileno sobre identidad, resistencia y memoria

La película dirigida por Lola Contreras Bustamante, una nueva propuesta de la Carrera de Cine de la Facultad de Comunicaciones de Universidad del Desarrollo, aborda la lucha de un grupo de mujeres por sobrevivir mientras su protagonista descubre los secretos que esconde su pasado y enfrenta la brutalidad de un Estado opresor. Estreno en cines el  8 de mayo.

El próximo estreno de Cine UDD “Donde el cielo toca tierra”, propone un relato de supervivencia y búsqueda en un Chile distópico, marcado por la violencia de Estado y la fractura social.

Tras su paso por el WIP Latino del GuadaLAjara Film Festival -donde fue reconocida con seis premios- el largometraje iniciará su recorrido por salas de cine nacionales el 8 de mayo, invitando al público a sumergirse en una historia que explora los límites de la identidad y la fuerza de la comunidad femenina.

Ambientada en un futuro cercano, “Donde el cielo toca tierra” sigue a Lorna (Belén Herrera), una joven que vive junto a un grupo de mujeres que han logrado escapar de las ciudades, ahora controladas por un régimen autoritario que persigue a quienes presentan una enigmática “mancha” en el rostro. A diferencia de las demás, Lorna no porta esa marca, lo que la empuja a buscar respuestas sobre su origen, el destino de su madre desaparecida y el verdadero rostro del mundo que la rodea.

Cuenta con un destacado elenco emergente, que además es completamente femenino: Belén Herrera Riquelme (Ramona, Vendrá la muerte y tendrá tus ojos) interpreta a Lorna, Consuelo Carreño (Algunas Bestias, Poemas Malditos) como Luisa, Nathalia Galgani (Bonsai, Los años salvajes) como Andrea, e introduciendo a los nuevos talentos Iseda Sepúlveda y Etienne Herrera Riquelme.

La película, que tiene una narrativa cargada de simbolismo y una estética que captura la tensión entre la belleza de los paisajes chilenos y la crudeza de un Estado implacable, es, en palabras de su directora, “una exploración visceral de los estragos que la opresión y el aislamiento provocan en la identidad, y un testimonio de la fuerza y resiliencia de las mujeres en comunidad”.