Dos visiones contrapuestas y pocos puntos de convergencia, marcaron el Conversatorio “Votamos Tod@s: Plebiscito de Salida”, en el que participaron Constanza Hube, abogada y convencional UDI, y Patricio Fernández, periodista y convencional independiente.

“Este conversatorio cumple con un objetivo del periodismo, que es entregar información de calidad a las personas para tomar decisiones”, dijo la directora de Periodismo, antes de comenzar el evento moderado por Valentina González, profesora UDD y periodista de El Mercurio.

Patricio Fernández comenzó el conversatorio explicando las causas del proceso constituyente: “Lo que irrumpió con el estallido social fue la rabia de las personas contra un sistema excluyente. La encuesta CEP entonces mostraba que un 2% de la sociedad se sentía representado por el mundo político y en la elección de convencionales se eligieron 104 independientes de los 154”.

El exdirector del periódico The Clinic expresó que “la conversación que se dio en la Convención incluye los grandes nuevos temas del cambio cultural que vive el mundo: paridad, estándares ecológicos, regionalización, plurinacionalidad y Estado solidario. De lejos se ve con más interés que con el terror que se vive desde acá”.

Por su parte, Constanza Hube aseguró que “las constituciones están para delimitar el poder y garantizar los derechos fundamentales. Lo que rescato del proceso es la participación, como los proyectos de iniciativa popular”.

Según la convencional, la economía se resentirá: “Tienes que dar certezas para que haya personas dispuestas a invertir. La constitución vigente define que en caso de expropiación el Estado tiene que pagar al contado lo que vale un bien, ahora se usará el justo precio y el pago en diferentes modalidades. Se precarizan las certezas y se desincentiva la inversión”.

Sin embargo, cuestionó el reconocimiento a los pueblos originarios. “Se expandirá el conflicto debido a las autonomías territoriales, por todo Chile. El problema en la Araucanía se va a expandir por el país, pues tenemos once pueblos originarios”, dijo Hube. Para Fernández, en cambio, “un reconocimiento de los pueblos originarios no crea un problema, sino que enfrenta otro que perdura en los últimos 30 años”.