Este hecho, ocurrido hace 20 años, marcó el inicio del siglo XXI y sus consecuencias fueron analizadas en un seminario que contó con los periodistas y profesores Pablo Cuellar, Gabriela Hagedorn, Pablo Soto, y el analista internacional Guido Larson.
El 11 de septiembre de 2001, cuatro aviones comerciales fueron secuestrados por la red terrorista Al Qaeda, los que se estrellaron contra el World Trade Center, el Pentágono, y un descampado antes de llegar al Capitolio, iniciando un nuevo ciclo en el orden mundial.
Estas dos décadas fueron analizadas en el seminario “Atentado a las Torres Gemelas: El mundo 20 años después”, actividad que contó con Gabriela Hagedorn, Máster en Religión, Política y Sociedad de la Universidad de Birmingham (UK); Guido Larson, director del Instituto de Humanidades; Pablo Soto, editor de Contenidos Digitales en El Mercurio; y Pablo Cuellar, editor del área internacional en Mega Noticias.
«El atentado me enseñó a esperar a tener toda la información antes de analizar. Es bueno tener la primicia pero es más importante saber la verdad», comenzó advirtiendo Guido Larson, sobre un atentado que el mundo vio en directo sin entender bien lo que ocurría.
Luego, el analista internacional se refirió a las consecuencias de este hecho: una de las guerras más largas iniciadas por EEUU, hasta que la toma de Kabul por parte de los talibanes puso un abrupto fin a la ocupación estadounidense en Afganistán. «Los talibanes son incapaces de garantizar la seguridad en Afganistán. Su teocracia, con control de libertades, generará una catástrofe humanitaria”, advirtió.
La profesora Gabriela Hagedorn, Máster en Religión, Política y Sociedad, puso en contexto la realidad de medio oriente, las diversas miradas que existen sobre el Islam y los diferentes grupos en conflicto, los que a ojos de Occidente suelen ser visto como una sola cosa.
“El Estado Islámico cree que EEUU es una amenaza para el Islam, entonces buscan externalizar la guerra. Para ellos, los talibanes, que hablan con EEUU, hacen acuerdos con el enemigo. De hecho, los talibanes que gobiernan hoy son hijos de los que gobernaron en los noventas, por lo que crecieron en un Afganistán más occidentalizado. Hay que esperar a ver si esto afectará su visión fundamentalista», explicó.
El profesor Pablo Soto aportó su mirada a partir de su reporteo para el Diario El Mercurio en Medio Oriente. «Entre los talibanes del año 2001 y los de hoy, no hay muchas diferencias. Para los talibanes la mujer tiene un rol secundario. Me tocó ver mujeres cubiertas con burkas con temperaturas de 40 grados, que deben caminar detrás del hombre, una visión fundamentalista que para ellos es natural».
Finalmente, Soto se refirió al rol del periodismo en un régimen autoritario. “Para el periodismo es un desafío ejercer en Afganistan e intentar ser objetivo, pues toda la información difundida es revisada y controlada por los talibanes”, concluyó.