El reportaje revela cómo la actual gestión de desechos inmobiliarios inertes evidencia fallas en su manipulación y fiscalización en las diez plantas autorizadas por la Seremi de Salud.
Hace unos días Rosario Thomas y Sofía Cortez aprobaron su defensa del título. Su reportaje digital “Escombros de la construcción y demolición: Los residuos olvidados de la Región Metropolitana” reveló cómo la actual gestión de desechos inmobiliarios inertes (piedras, tierra, ladrillo) evidencia fallas en su manipulación y fiscalización en las diez plantas autorizadas por la Seremi de Salud.
“Estos materiales van a parar a 10 plantas que no están normadas y que están ubicadas en el sector surponiente de la capital. Es un negocio monetariamente atractivo, que no se fiscaliza (hay 2 fiscalizadores para 10 plantas), sino que funciona bajo sus propias normas”, explican.
Las alumnas iniciaron esta investigación luego de coincidir en el ramo “Espacio público y sustentabilidad”, donde se interesaron por el tema medioambiental y luego se acercaron a Fundación Basura. El semestre pasado, guíadas por los profesores Max Valdés y Cecilia Derpich, consultaron a más de 27 fuentes y visitaron los 10 pozos de disposición final para los escombros.
“Cada uno funciona bajo su propia resolución sanitaria, no hay una norma general. Al no ser fiscalizados y tratar con productos inertes, meten plásticos, tarros de pinturas y materiales inflamables. Son lugares tan abandonados en que un trabajador nos dijo que habían encontrado un cuerpo una vez”, agregan.
La Región Metropolitana, genera el equivalente a dos Costanera Center de residuos al año o y no contempla los efectos negativos que viven los vecinos y comunidades aledañas. De hecho, en La Florida hubo un incendio subterráneo, generando malos olores y haciendo perder sus inversiones inmobiliarias a los vecinos.
“Un informe de Transparencia que nos enviaron después de entregar el reportaje, revela que hay una planta que jamás ha sido fiscalizada. Entonces, existe una falta de regulación que se agrava con el desconocimiento de los términos residuos y escombro, por parte de una generacion de profesionales de la construcción, que no hacen la trazabilidad, no cumplen con medidas de seguridad, ni miden las consecencias en el entorno”, concluyen.