Eugenio Arteaga, cineasta UDD y director del largo de egreso «Dead Candi», hizo su práctica el departamento de producción de la película «Araña», de Andrés Wood.
El 1 de mayo Eugenio Arteaga se enfrentó a un desafío que evitó durante sus años de estudiante. El cineasta UDD, director de «Dead Candi», largo de egreso de Cine UDD 2016, se convirtió en Asistente de Producción de «Araña», el nuevo largometraje de Andrés Wood sobre el movimiento de extrema derecha «Patria y Libertad».
Durante la preproducción se dedicó a apoyar al equipo de producción en trámites, compras, inventarios y básicamente atender las eventualidades que aparecieron durante esas dos semanas. Después de iniciado el rodaje de la película protagonizada por Mercedes Morán, María Valverde, Marcelo Alonso y Pedro Fontaine, su trabajo se intensificó.
«Una vez en el rodaje, mi principal responsabilidad fue estar a cargo de las 50 walkie-talkie que teníamos para la comunicación de todo el equipo. Además ayudé en todo, desde estar atento al catering a trapear el piso, tirar la basura y tener toallas para los actores cuando se mojaran en escenas con agua. Fui un poco la mano de obra de producción», reflexiona.
Aunque en Cine UDD Arteaga dirigió varios cortometrajes antes de estar al frente del largometraje de egreso y sus expectativas siguen estando ligadas a la dirección, el apostolado que fue trabajar en la asistencia producción de una película de gran presupuesto, que tuvo hasta 5 asistentes de producción y 3 de dirección, le dejó grandes lecciones.
«Durante mis estudios y en los diferentes filmes que se realizan en la carrera, lo único que no hice fue producción. Ser asistente de producción ayuda a entender muchísimo lo que es estar al otro lado. Mientras dirección exige y exige, producción está todo el rato entregando y entregando. Fue una gran experiencia para saber cómo funciona la producción cinematográfica».
-¿Qué se aprende de una producción de gran presupuesto como ésta?
-Aprendí muchísimo de cómo llevar a cabo la logística en equipos grandes, de hasta 70 personas, con actores internacionales etc. Aprendí también lo que no hay que hacer: al tener mucho presupuesto la película permite muchas libertades -algo muy positivo-, pero tantos recursos son difíciles de manejar. En una jornada tuvimos que vestir a 150 extras, pero se atrasó el rodaje y hubo que darles almuerzo. Logramos sacar sólo un plano de los extras y no se alcanzo a vislumbrar toda la producción que estaba detrás.
-¿Qué aprendiste como realizador?
-El principal aprendizaje tiene que ver con la comunicación que tiene que haber entre dirección y producción, y ahora entiendo todo el trabajo, sangre y sudor que hace posible una película, algo que muchas veces pasa desapercibido. Todos hablamos de la dirección y de la fotografía del cine, pero nadie ve una película y dice «qué buena la producción». Asimismo, observando a Andrés Wood, aprendes mucho de cómo dirigir actores.
-¿Qué herramientas adquiridas en Cine UDD te sirvieron para llevar adelante esta práctica?
-Haber hecho un largometraje fue fundamental, porque sabía a lo que me estaba enfrentando al meterme a un rodaje el doble de largo que «Dead Candi». Hubiese sido muchísimo más difícil sin saber lo que es un rodaje, sin entender la burbuja temporal que significa el no ver a tu familia y a tus amigos por 2 meses, porque estás 6 días a la semana y todo el día en la película.