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“Si queremos finales felices tenemos que cambiar la sociedad en la que estamos viviendo”

María José San Martín, estuvo ayer en el Ciclo de Cine UDD presentando Rara, su premiado largometraje inspirado en el caso de la jueza Karen Atala.

En el cine chileno ha sido intérprete, directora, guionista y asistente de dirección. Rara es el primer largometraje de María José San Martín, pero no su primera autoría. Ese lugar lo ocupa La Ducha (2010), cortometraje ganador del premio que otorga la tv pública alemana en el Festival de Cine de Berlín.

Su trabajo en cine ha sido constante. Fue Asistente de dirección de 11 títulos, entre ellos Monvoisin (2009), La Pasión de Michelangelo (2012), El salto de la princesa (2012), Un puñado de cerezas (2014) y Un caballo llamado elefante (2016).

Con Rara obtuvo el premio a la Mejor Película obtenidos en Horizontes Latinos, en Festival de Cine de San Sebastián 2016, y el Generation Kplus International Jury Festival de Cine de Berlín 2016, además del Premio del Público en el reciente Festival Internacional de Cine de Valdivia 2016.

Ese importante currículum acompañó a Pepa San Martín en su regreso a Cine UDD después de seis años, cuando esta actriz de profesión presentó su primer corto, La ducha. “Alicia Scherson me invitó a ayudar en el rodaje de una película después de actuar en Play y me gustó la realización”, recuerda la hoy premiada directora.

En la sala 403, junto a la productora Marianne Mayer-Beckh, fue recibida con una ovación de parte de los asistentes, en su mayoría alumnos de primer año. Allí conversó con el periodista de la Facultad de Comunicaciones UDD, Rodrigo Alvarado, y también con los estudiantes, sobre esta historia que aborda la vida de dos hermanas que viven con su madre y con su pareja homosexual.

-Entiendo que en un principio el punto de vista de Rara era el de la madre ¿en qué momento cambia a la hija adolescente?

Pepa: Es cierto, al principio se trataba de la madre. Pero para mí y para el equipo, el personaje de la hija era el que más nos estaba interesando. Probamos y funcionó. Desde que tuve la idea hasta que filmamos pasaron 5 años, así que tiempo tuvimos para cambiar cosas.

Javier Salah, periodista: En cinco años cambian muchas cosas en la sociedad. ¿Pensaron que el tema ya no era tan relevante?

Pepa: Pasé por eso 17 veces. Que esto no vale nada, esto ya pasó… por eso fue difícil la sociabilidad del tema. En el Fondo Audiovisual decían “es otra película gay”. Había una discriminación previa sin entender que era otro tipo de película. De hecho no ganamos el fondo audiovisual el primer año que postulamos. Estar 5 años en una película conlleva mucho cuestionamiento.

-Muchas escenas ocurrieron en el colegio Manuel de Salas ¿Cuál fue el desafío de producción para lograrlo?

Marianne: El Manuel de Salas, por locación, iluminación y producción, siempre fue nuestra primera opción. Pero estuvimos 4 meses conversando para poder filmar en abril, en época de clases. Nuestro espacio era bien reducido por razones obvias, porque éramos 35 personas “invadiendo” el colegio, pero logramos que todos los extras fueran del colegio, aunque implicó la autorización de todos los padres.

Pepa: No sé si se dieron cuenta que los créditos de la película son largos. Estuvieron involucrados el centro de padres, el centro de alumnos, el director del colegio, el orientador, la secretaria. El colegio fue un aliado político porque le interesaba este tema. Las dos niñas que actúan son del colegio y hubo una comunidad que nos apoyó un montón.

También Viña del Mar es una locación importante en exteriores. ¿Cómo fue ese caso?

Marianne: La idea del guión era que no sucediera en Santiago. Viña cumplía los requisitos porque además está cerca y es más barato mover a la gente. Estuvimos 4 días filmando. Es una ciudad interesante, tienen una comisión fílmica, tienen un festival de cine, las condiciones estaban. Ahora, uno no cuenta todo el proyecto, exalta ciertas cosas, pero también la sociedad está cambiando.

-El trabajar con niños implica otras estrategias. ¿cómo lograron la espontaneidad en la pareja de hermanas?

-Pasamos 5 meses buscando colegios y niños. Cuando las encontramos hicimos un taller de teatro con Roxana Naranjo (actriz). Estuvimos todas las vacaciones juntas para que establecieran una relación más cercana entre ellas y por ejemplo, la mayor llevaba a la más pequeña al baño. Lo mismo con Mariana Loyola, nos instalamos en su casa con las niñas. No queríamos armar la relación en el set.

Estudiante: Rara es una película luminosa y el arte pasa un poco a segundo plano. ¿Por qué?

Pepa: No quería que al arte hablara más que las actrices y las emociones. Quería una película caucásica, ambientada con cosas del Homy o el Easy, como las casas más normales chilenas. La cámara, el arte, la foto, todo está unido. Mi objetivo siempre fue hacer una película luminosa, me carga la pornomiseria. Queríamos que se sintiera profunda en la luz y romper con esa idea de que la oscuridad es lo profundo.

-Ésta es una película muy chilena y que en esa luminosidad de la que hablas, pareciera que no va por la tolerancia, sino por la inclusión. Rompe con la idea de que para ser militante hay que incomodar visualmente.

Pepa: Es una película militante. Es una historia universal pero con cositas que sólo un chileno puede captar. Eso tiene que ver con hacer una película para los no convencidos, amigable con las personas que aún creen que esto es antinatural. Quizás no las voy a cambiar pero quiero que se genere diálogo. Por eso la madre es una histérica y no una heroína. Siempre se retrata a los homosexuales como personas perfectas que sufren, son buenos en todo pero sufren. Acá la madre es conflictiva, algo que justamente tiene que ver con decir que, no por eso, pueden pasar a llevar sus derechos.

Estudiante: Todo lo que ocurre en la película es bonito pero el final es triste ¿Por qué esa decisión?

Pepa: Porque la discriminación es triste. Si queremos finales felices tenemos que cambiar la sociedad en la que estamos viviendo. La esperanza está en ustedes, en sus hermanos chicos, en sus futuros hijos. Esta es una historia triste, una historia chilena que hicimos para los chilenos, y está en nosotros cambiarla.