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BITÁCORA DE VIAJE: DÍA 7 y 8 – Welcome to New York!

Pilar Niklitschek envía un nuevo informe para la “Bitácora de Viaje”. En su séptimo y octavo día los alumnos llegaron a Nueva York y recorrieron distintos puntos de la ciudad.

Por: Pilar Niklitschek O.

Hasta que llegó el día. Alrededor de las 12:00 horas del sábado 26 de septiembre bajamos nuestras maletas, hicimos el check out en el hotel y subimos al bus rumbo a Nueva York, «la ciudad que nunca duerme». Unos pocos la habían visitado anteriormente, mientras que la mayoría sólo la conocían por medio de las películas o series de televisión.

El viaje fue largo, tomó 4 horas aproximadamente y sumado a que visitamos un Outlet que estaba en New Jersey, eso retrasó la llegada, pero despúes entendimos la razón. Valió la pena. Nada mejor que observar Nueva York cuando es de noche. Fue una sensación inexplicable, muy emocionante. Luces por todos lados, muchísima gente provenientes de todas partes del mundo y sin prejuicio alguno. Cada uno hace su vida, se viste como quiere, baila en las calles y mucho más. En ese momento, recordé las palabras de un policía de Washington D.C que nos dijo: «Nueva York es todo, lo demás es monte y culebra». Así es. Nada se compara a esta ciudad.

Al día siguiente, nos levantamos temprano, se formaron dos grupos y salimos a conocer de acuerdo a los intereses de cada uno. Es así como decidimos aprovechar la mañana y recorrer el Central Park en bici. Buenísima experiencia. Desde temprano mucha gente haciendo deporte.

Posterior a ello, caminamos por la famosa Quinta Avenida y visitamos Time Square. Por ahí aprovechamos a comer unos hot dog característicos de Nueva York y seguimos con nuestro camino. Hasta que llegamos al Edificio Rockefeller Plaza, altísimo y con una vista preciosa, que quedará siempre en nuestras memorias.

También conocimos el museo Madame Tussauds o más bien conocido como el museo de cera, en donde se personifican a famosos, artistas, deportistas, políticos, etc. Realmente vale la pena ir.

Durante la tarde tuvimos la suerte de presenciar una fiesta al aire libre (gratuita) que era «silenciosa», ésta consistía en colocarse audífonos y las personas que formaran parte de ella podían escoger entre tres Dj’s diferentes. El ambiente que se generó conjuntamente con la música que había concluyó en un inolvidable momento.

Por último, esperamos que fuera de noche para conocer Empire State, el actual edificio más alto de Nueva York. Ese momento en que subimos a la azotea y miramos hacia el exterior fue impresionante. Cuesta transmitirlo en palabras.

Junto a mis compañeros conversábamos que es difícil poder describir cómo es Nueva York. Ni siquiera las fotos o videos reflejan lo bello que es, más aún cuando llega la noche. Hay que vivirlo. Ver su magnitud.