Estimadas y estimados compañeros de cine:
Como bien sabemos, en el cine un personaje es un ser que interviene en la pieza audiovisual. Cuenta con un arco dramático que se desarrolla a lo largo de la película, sufriendo peripecias, obstáculos o como quieran llamarle, atravesando giros que lo hacen cambiar desde el primer minuto en que aparece hasta el último, el personaje del final no es igual al que vimos por
primera vez.
El personaje está vivo hasta que la historia se termina, vive en la película y se encontrará ahí para siempre, intacto, todas las veces que queramos visitarlo. El personaje es por y para la historia, por y para su conflicto y cuando el conflicto se resuelve, después de eso no hay nada más que agregar: La película se termina.
Nosotros somos personas. También atravesamos giros de diferentes intensidades que nos hacen, por ejemplo querer cortarnos el pelo o cambiar la dinámica con alguna persona o incluso muchas veces replantearnos la razón de nuestras vidas.
Distintas situaciones que nos van moldeando como seres humanos que transitan la vida como sus protagonistas.
Nosotros “las personas”, a diferencia de los personajes, no tenemos un solo ciclo de conflicto que se resuelve y ya (todo sería mucho más fácil de esa manera) sino que muchas veces se nos van acumulando e incluso es muy probable que no alcancemos a cerrar varios de ellos, lo cual no es tan terrible porque al final, al igual que a los personajes, es aquello que nos mantiene en movimiento.
Gracias a él tenemos la oportunidad de pasar por ese proceso llamado aprendizaje: del entorno, del otro y de uno mismo. El conflicto construye seres y esos seres construyen mundo. Una película vale la pena ser vista porque algo ocurrió en ella, porque los personajes tuvieron un viaje que hizo sentido en el espectador. Hagamos sentido nosotros en nuestra vida y en la vida del de al lado.
Compañeros que hoy nos titulamos, los invito a abrazar el conflicto y a no tenerle miedo a esos cambios que a veces parecen terroríficos. No vivimos en un formato de reproducción como los personajes, así que de una cosa podemos estar seguros: nuestra película no está cerca de terminarse. Hagamos del resto un viaje que valga la pena.
Finalmente me queda agradecer a “las personas” de esta universidad: Los profesores y administrativos que nos acompañaron durante todo nuestro proceso en la escuela.
A todos muchísimas gracias.