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We love Columbia and the chilean METRO

columbia

8:45 de la mañana y las caras de mis compañeros reflejaban lo mismo: nos faltaron un par de horas de sueño, aún no podíamos sacudirnos el cansancio del vuelo eterno desde Santiago. Nos juntamos en el lobby del hotel para partir con nuestro segundo día en New York, el cual contaba con una agenda bastante relajada: asistiríamos a una charla en Columbia University para luego repartirnos en grupos y reportear por toda la ciudad por nuestra cuenta.

Todos quedamos con la boca abierta cuando entramos a Columbia, una de las universidades más destacadas del mundo. Cuenta con una infraestructura de mas de 100 años que resalta en la ciudad, con sus imponentes edificios de ladrillos rojos y grandes áreas verdes que rodean un campus que resulta impresionante para quien lo vea.

Fuimos recibidos en la Facultad de Periodismo por dos profesores que impartían la carrera; David Klatell y Ernest Sotomayor quienes nos explicaron en detalle como funcionan los cursos. A medida que nos adentrábamos en el edificio nos dimos cuenta de los pocos alumnos que se veían.

David nos explicó que desde el primer día los alumnos eran enviados a la ciudad a reportear. Unas de las frases que más me llamó la atención fue cuando David nos dijo que los periodistas somos estudiantes eternos y siempre necesitamos estar aprendiendo cosas nuevas. ‘’Cuando se deja de estudiar, se deja de ser periodista’’, explicó.

Luego, nos separamos en grupos para poder reportear sobre los temas asignados, dos de los grupos nos decidimos por ir en conjunto para no perdernos. Gran error: El metro de New York no se parece en nada a nuestro muy odiado (ahora amado por mi) transporte público.

Líneas de metro caóticamente organizadas están dispuestas por toda la isla, haciendo dificultoso el traslado y resultó un verdadero desafío llegar a nuestro destino. Luego de juntarnos todos en Times Square, nos dirigimos a un supermercado para abastecernos de comida y para poder terminar nuestro día con la guatita llena y el corazón contento. Por Connie Aguirre Periodismo UDD