El director chileno Naum Kramarenco (foto), autor del clásico filme “Tres miradas a la calle” (1957), uno de los títulos fundacionales que posibilitaron la aparición del llamado “Nuevo cine chileno”, falleció ayer a los 90 años.

El cineasta estaba aquejado de problemas renales y al momento de su deceso vivía en el Hogar Villa Israel. Kramarenco, quien inició su relación con el cine como acomodador y luego como redactor y crítico de cine de la Revista Ecran, comenzó a hacer cine en la década del 40, donde fue corresponsal para estudios de Hollywood como Paramount y Fox, haciendo documentales y reportajes.

En 1944 es contratado por los estudios Chile Films, y trabaja como asistente de Dirección con realizadores como Carlos Borcosque, en La amarga verdad, de Carlos Schlieper en “La casa está vacía” y de Roberto Ribbon en El padre Pitillo.

Es en 1945 cuando escribe y realiza “El rubí del faraón”, su primer cortometraje argumental, al que le siguen más de sesenta documentales, de los más variados temas:

Patrón y obrero, El gigante invisible, Alas Civiles, La cámara inocente, entre otros. Ese mismo año es contratado por la National Broadcasting Co, NBC, de Nueva York, como corresponsal en el cono Sur del Continente. Durante once años filma reportajes y documentales para la Columbia, Paramount, 20th Century Fox, el noticiario francés Pathe Journal y BCINA, filial de la BBC de Londres.

Con el dinero que le produce la venta de sus reportajes sobre el derrocamiento de Juan Domingo Perón en Argentina, le permiten filmar su primer largometraje Tres miradas a la calle (1955), abriendo la veta del neorrealismo en el cine chileno. Entre 1959 y 1960, la NBC lo traslada a Perú, donde además de trabajar para los noticiarios de la cadena radial norteamericana, es contratado por la Empresa Lima Films, en la que desempeña diversas labores.

Al volver a Chile en 1961, realiza Deja que los perros ladren, inspirada en la obra teatral homónima del dramaturgo Sergio Vodanovic, la que recibe el Premio Laurel de Oro de ese año. Tras su renuncia a la NBC, realiza la que sería su película más lograda y exitosa, el “thriller” Regreso al silencio (1966), filmada en Santiago, Valparaíso y Miami, que es un gran éxito de público, permaneciendo en cartelera durante 14 semanas, récord para una película nacional.

En 1970/71, realiza su último largometraje, Prohibido pisar las nubes. Entre 1972 y 1977 vive la mayor parte del tiempo en Nueva York, donde estudia nuevas técnicas audiovisuales, comunicación y marketing, y al volver a Chile organiza la Empresa de Publicidad Saeta, en la que se desempeña como Gerente y Director.

Fuentes: CineChile / La Terecera