Por Ernesto Pérez
PESARO (ANSA) – «Para hacer películas es necesario cultivarse en varios ámbitos porque el cine es un arte renacentista que requiere la colaboración de distintos oficios y especialidades» declaró hoy el joven realizador chileno de 24 años, Ignacio Rodríguez, presentando al público su opera prima, «La chupilca del diablo», recibida anoche con un sonoro aplauso en la tercera jornada del concurso de la 49a. Muestra del Nuevo Cine de Pesaro.
«La verdad es que todavía no tengo muy claro como he llegado aquí con mi primera película» reconoce el joven director que ya debería estar acostumbrado a los honores de un festival habiendo ganado el premio del Jurado en Valdivia y el de la prensa internacional, FIPRESCI, en los Encuentros de Cine Latinoamericano en Tolosa (Francia).
«Filmar es un proceso creativo de aprendizaje permanente pero las motivaciones que llevan a una persona como yo a embarcarse en el oficio cinematográfico sigue siendo un misterio para mí», confiesa con candor.»La película tiene una implicancia muy personal porque el protagonista está inspirado en la figura de mi abuelo, que tuvo una vejez solitaria con esas ideas del pasado que se empecinan en permanecer en el presente» declara Rodríguez.»Por ende, como es obvio, muchos de los personajes secundarios salen de mis recuerdos de familia aunque lo que más me interesaba era pintar esa obsesión de los ancianos de ser fiel a certezas que no tienen más razón de ser»agrega.
«Yo quería entender el porqué de esa soledad en la que vivió mi abuelo en sus últimos años de vida, a pesar de tener una familia numerosa, y quise explorar la relación entre dos personajes muy parecidos aunque aparentemente sean de caracteres opuestos» añade el joven director.
«Escribir el guión nos llevó un año entero y el rodaje de 20 días lo hicimos a las apuradas por lo que le veo tantos defectos a mi película que traté de corregir en ocho meses de montaje» informa el realizador, agregando que el estreno en Chile está previsto para noviembre próximo.
«El estreno será chiquito como lo es el filme», declara por su parte el productor Tomás Arriagada, también invitado en Pesaro, contento de «poder salir de la escuela con un producto de alta profesionalidad bajo el brazo, una oportunidad que se presenta muy pocas veces en la vida de un joven productor», afirma.
«La chupilca…» es un producto muy especial» – agrega – «y gracias a las maravillas de la técnica digital es posible para muchos jóvenes asomarse a la producción cinematográfica». Rodríguez tiene palabras de elogio para su protagonista Jaime Vadell. «Al no tener mucha práctica con los actores precisaba uno que me ayudara y me diera su apoyo y Jaime es una persona extraordinaria.
«Aún siendo uno de los nombres más famosos del cine y el teatro chilenos, entendió muy bien el personaje y le prestó todo su carisma y autoridad» declara.»Lo más curioso es que Jaime es todo lo opuesto a Eladio, es una persona simpática, que le gusta reír y bromear y está rodeado de amigos y admiradores» añade Rodríguez.»Gente como mi abuelo ya no existen porque no es posible sobrevivir de esta manera en una sociedad globalizada y que avanza hacia la modernidad a pasos agigantados» sostiene el director para quien el personaje del nieto «saldrá de esa relación aparentemente sin salida con otra perspectiva de vida».