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“El problema de los ex torturadores es más complejo y vigente de lo que quisiéramos”

El cineasta Fernando Guzzoni presentará Carne de Perro en la UDD el 30 de mayo, día de su estreno en salas de cine.

Sobre el escenario del Festival de San Sebastián, Fernando Guzzoni, acompañado del actor Alejandro Goic, recibe el premio “Nuevos directores”. Ese es el momento preciso en que la película Carne de Perro llama la atención de otros importantes festivales.

La ópera prima de Guzzoni también recaudó galvanos en Suecia y Valdivia, además del fondo europeo en 2012 y el TorinoFilmLab este año, pero lo más relevante de la cinta es su particular punto de vista sobre un tema duro: las violaciones a los derechos humanos en dictadura.

“Los premios siempre ayudan tanto para la distribución de la película como para ir validando el comienzo de nuevos proyectos. En mi caso, me han ayudado en el sentido de que me muestran como un director con un punto de vista y con una estética particular, lo que por momentos ayuda a no tener que explicar todo”, cuenta el director.

El protagonista de Carne de Perro no es una víctima sino un victimario, un ex agente de la CNI, un paria enfermo que a pesar de salvarse de la cárcel cerrando la boca, no tiene ya lugar en este país y sólo encuentra sentido a su vida cruzando dos banderas chilenas sobre el techo de su casucha.

-Lo primero que llama la atención del filme es la humanidad que posee. ¿Cómo construiste el personaje de Alejandro Goic?

-La construcción o perfil del personaje se desarrolló a partir de una serie de investigaciones que iban desde entrevistas, literatura sobre el tema, trabajo con abogados de DDHH, etc., quienes me ayudaron a desarrollar ciertos imaginarios comunes entre los personajes. Ahora bien el personaje es un ejercicio de ficción completo, por tanto fue más bien trabajar su personalidad y accionar en función de su background y como eso lo condicionaba hoy, es decir, las investigaciones permiten cierta verosimilitud pero no es lo realmente relevante en mi opinión. Lo interesante es el relato humano que subyace en la historia y en eso Alejandro fue fundamental ya que las problemáticas a las cuales el personaje se enfrenta son bien universales y le dan una tridimensionalidad a la historia.

-Los agentes de la dictadura son los grandes parias de la historia chilena y al mismo tiempo un tabú. A 40 años del golpe de 1973 ¿cuáles crees que son las zonas del trauma donde el cine chileno debería echar luz?

-Creo que el cine chileno, en el documental sobre todo, ha hecho un ejercicio de denuncia o de constatar la dictadura desde las víctimas, lo que no sólo me parece lógico sino que muy necesario, pues ha ayudado ha mantener vivos ciertos espacios de memoria que tienen valor más allá de lo estrictamente cinematográfico. Pero creo también que cuando pasa un poco el tiempo y las brechas generacionales se distancian, las reflexiones se comienzan a desarrollar desde segundas y terceras lecturas, y eso es lo que pasa con Carne de Perro. Yo entendía que el problema de los ex torturadores era más complejo y vigente de lo que quisiéramos y desde ahí me interesaba articular una historia, pero que no fuera proselitista, sino que fuera simplemente desnudar la complejidad de esos personajes puestos en nuestra realidad. Quizás está película hace veinte años sería impensada, pero es hoy es súper necesaria.

-A propósito, la cinta se presentará en la UDD el mismo día que se estrene en salas. ¿Qué te parece hacerlo aquí?

-La película no es un panfleto de izquierda, sino una invitación a mirar las fracturas y a pensar y establecer reflexiones desde un punto de vista humano y ético. Me encantaría que la viera gente de todas las sensibilidades políticas porque la película reflexiona sobre la desintegración de un ser humano que estuvo en el lado oscuro, pero detrás de ese personaje y su historia mínima hay una pregunta sobre cómo se rearticula Chile, sobre quiénes fueron los verdaderos responsables, de como habiendo hecho cosas malas uno no renuncia a los afectos, de cómo es convivir con la culpa, la violencia, el sexo o los afectos. Carne de perro no es una película para gente de izquierda o derecha, es importante para los que vivimos en esta sociedad que se supone crece tan pujante y resuelta, pero que deja los problemas debajo de la alfombra.

Carne de perro se exhibe el 30 de mayo a las 18:30 horas en el Auditorio 114, Campus Rector Ernesto Silva B. (Av. Plaza 680, San Carlos de Apoquindo).