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“Es fundamental llegar al set con todo definido”

La actriz Catalina Saavedra cerró el Ciclo de Cine Chileno de la UDD tras la exhibición de “Gatos viejos”, premiada película de Sebastián Silva y Pedro Peirano filmada en 16 días.

A solo días de haberse convertido en la película que acaparó más premios Pedro Sienna, “Gatos viejos” de Sebastián Silva y Pedro Peirano, cerró el Ciclo de Cine Chileno UDD y una de sus actrices, Catalina Saavedra conversó animadamente con la periodista y profesora de Cine UDD, Antonella Estévez.

La actriz, protagonista también de las anteriores y premiadas películas de Silva (“La vida me mata”, “La nana”), interpreta a Hugo, un personaje ama sin condiciones a Rosario (Claudia Celedón) y su motivación para ser su cómplice en el intento de arrebatarle el departamento a la anciana no parece ir más allá de su esperanza de seguir siendo su pareja.

Catalina explicó que Hugo era un hombre, pero que la querían meter como fuera en la película: “Tuve unas reuniones privadas con Peirano e hicimos la prehistoria de Hugo. Inventamos que vivía en el Barrio Matta, que tras la muerte de su padre se hace cargo de sus hermanos, y que por eso su madre la adora y nunca criticó su identidad sexual. Es el personaje más noble de la película”.

-Es interesante ver cómo Silva ha crecido desde “La vida me mata” hasta “Gatos viejos” y tu lo has acompañado en todas. ¿Cómo llegaste a trabajar con él?

-De casualidad, Claudia Celedón me recomendó. Lo que mas me gustó de él es que no estudió nada, es un alma privilegiada llena de talento que dibuja bien, hace música y muchas otras cosas. Está experimentando en el cine pero no es su área favorita, y lo puede hacer porque tiene mucha claridad de sus ideas. Siempre tiene historias y las realiza, sin importarle nada. Él no crea para nadie sino para él mismo y así se ha rodeado de gente que trabaja siempre con él.

-¿Cuál crees que es la clave del éxito de “La Nana”?

-La mirada. No era solo la historia de una nana, sino de esa mujer en particular, Jeanette. Ella es la nana de Sebastián y fue su nana desde niño. Él siempre quiso contar esta historia, de esta mujer que es como un monstruo pero que va sufriendo una transformación.

-¿Cuál fue la exigencia como actriz?

-Siempre me quedé con la historia, nunca conocí a Jeanette salvo un día de rodaje en que yo no estaba vestida de nana, porque habría sido muy impactante, ya que nos parecemos físicamente. Entonces tuve que bajar la intensidad. Hay que regularla, porque para los que venimos del teatro tenemos la intensidad siempre arriba. Con Sebastián Silva fue bien cómodo trabajar, porque si bien no tiene una educación fílmica, menos de dirección de actores, era muy claro en explicar la emoción que quería. Si no encuentra las palabras lo actúa él.

-¿Cuánto espacio deja para la creación de los actores?

-Él tiene la idea y antes de terminar el guión nos lo muestra. Nosotros metemos la cuchara hasta cierto punto y él hace como que nos deja improvisar pero no es verdad, Sebastián es muy inteligente y siempre consigue que las cosas salgan como quiere. Por eso trabaja con actores que pueden hacerlo.

-En “La nana” había muchísimo juego en solo 19 días que tenían para filmar. ¿Cuánto influye sentir la seguridad de lo que se está haciendo es lo correcto?

-Fundamental. El espíritu de las películas parte por el director, si está desequilibrado no funciona, o talvez sí pero a un alto costo. La confianza total en su claridad y sentido del humor es fundamental. Nos reímos harto en las filmaciones pero somos aplicados.

-¿Cómo toman todas las loas que han tenido sus películas, sobre todo “La nana”, que además ganó Sundance entre otros festivales?

-Lo más lindo de la opinión del público extranjero es que reparan en la el viaje emocional de la nana, en cambio en Chile se habló mucho de que era una película política. Si uno cree en la historia y la emoción, logra cautivar. Es la convicción de que la obra es correcta. Ahora “La nana” tuvo la suerte de estar en Sundance, hay muchas películas que son igual de maravillosas que no tienen la oportunidad. Sobre los premios, no creo que el arte deba premiarse, ya es valorable que exista.

-Cómo fue trabajar en “Gatos viejos” con Alejandro Sieveking y Bélgica Castro, dos próceres del teatro chileno.

-Lo mejor. Bélgica a sus noventa y tantos, tiene una juventud, energía y lucidez, mayor a la nuestra. Nos hicimos amigos. Pero ellos sufrieron. Esa película se hizo en 16 días en su departamento y a la mitad del rodaje ya no podían porque claro, para nosotros la jornada terminaba con el “corten”, pero ellos vivían ahí, no podían salir de su propio departamento.

-¿Y cómo fue trabajar a cuatro manos, es decir con dos directores en “Gatos viejos”: Silva y Pedro Peirano?

-Hicieron juntos el guión, entonces creían lo mismo de la película. Sebastián era el vocero, pero cuando entraba en desesperación, Pedro entraba a traducir. Nunca hubo una contradicción entre ellos. Lo fundamental fue el trabajo de mesa previo al guión: leíamos, revisábamos lo que nos parecía falso y verdadero de los personajes. A los días volvieron con el guión definitivo y nunca tuvieron una diferencia en el set. Es fundamental llegar al set con todo definido .

Con esta entrevista se da término a nuestro Ciclo de Cine UDD, actividad que organizó la Escuela de Cine, a través de su Facultad de Comunicaciones, junto a la Dirección de Extensión y Capacitación, y que exhibió las mejores películas de 2011.

Cabe recordar que en esta primera versión nos acompañaron también Alberto Fuguet y Pablo Cerda con “Música campesina”; Sebastián Lelio con “El año del tigre”; Marcela Said con “El mocito”; Blanca Lewin y Marcelo Ferrari con “Bombal”; y Andrés Wood con “Violeta se fue a los cielos”.