El ex alumno de Cine UDD será director de fotografía de un nuevo filme y junto a Ilan Numhauser y Samuel Sotomayor, oficializaron la productora Colorín Buenasuerte.
Aunque es bastante joven, Matías Searle es un hombre muy ocupado. Desde la salida de la universidad ha estado grabando variados proyectos, como la cinta El Babysitter (Sebadilla) y el corto Pablo y Felipe, bajo el alero de la productora Colorín Buenasuerte, que comparte con sus ex compañeros en Cine UDD, Ilan Numhauser (productor) y Samuel Sotomayor (director).
“Este año oficializamos la productora lo que nos ha llevado a mejores proyectos y contactos, esto nos ha permitido enfrentar mejor nuevos desafíos como tratar con clientes y lograr concretar el producto que buscan”, explica.
Además Matías cuenta que como Director de Fotografía fue contactado para un proyecto del cual aún no puede revelar mucho: “Estamos iniciando la preproducción, pero puedo decir que es una comedia negra y que si todo sale como esperamos pueda estrenarse el próximo año”.
-Sobre tu trabajo como director de fotografía en La nadadora y Babysitter ¿Cómo fueron esas experiencias en relación a tu trabajo en Ambas Tres?
-La gran diferencia que tuve entre cada proyecto fue el tiempo de preproducción. En Ambas Tres tuvimos la experiencia de estar guiados y con un cronograma bien aplicado, Nadadora también fue muy organizado y planificado, con más enfoque en la narrativa y la expresión de la imagen. Mientras que en Babysitter fue bastante apresurado, pero con una clara idea del look del filme, lo que permitió que se desarrollara en rodaje.
-¿Y en términos de fotografía?
-Cada proyecto tuvo desafíos muy distintos acerca de la forma de abordar la historia y cómo complementarla lumínicamente. La fotografía en Ambas Tres era íntima ya que la historia se desarrollaba en una familia y su hogar, mientras que Nadadora era una historia de soledad muy relacionada con el lugar físico en que se desarrollaba, el uso del agua y los colores como el verde y cian tenían un reflejo importante sobre la historia y protagonista. Por otro lado, en El Babysitter se requería de un tono más ligero y cómodo, para ello se utilizó una estética de bajo contraste y mucha iluminación, con un enfoque más clásico de composición y narrativa, permitiendo una fotografía de tonos vivos y alegres.
-¿Qué herramientas adquiridas durante tus estudios te han ayudado a enfrentar estos desafíos profesionales?
-Lo positivo de estudiar cine es que entras al medio con un método de trabajo que mucha gente no domina, el comportamiento en el set y el respeto hacia el trabajo de los otros es algo vital que no siempre se mantiene, además de tener una comprensión general de cada departamento, lo que facilita la comunicación y mejora el ambiente de trabajo. También destaco la oportunidad para generar contactos entre los propios compañeros y profesores, creando una red de profesionales para trabajar y tener apoyo de las distintas áreas del medio. Lo más positivo de Ambas Tres fue que gracias a ese proyecto tuve la oportunidad de mostrar mi trabajo en un largometraje, siendo una oportunidad muy beneficiosa para tener contenido y exponerse al medio.