La cineasta Francisca Fuenzalida y el actor Diego Ruiz contaron detalles de La Espera, película en cartelera que aborda el tema del aborto.
Al mismo tiempo que la Comisión de Salud del Senado aprobaba la idea de lesgislar sobre el aborto la cineasta Francisca Fuenzalida y el actor Diego Ruiz (Navidad, Drama), conversaban con Antonella Estévez en Cine UDD sobre «La espera», una cinta que pone en el tapete una práctica que a pesar de su ilegalidad, es realizada por 160 mil mujeres al año.
Sobre la película, que está exhibiéndose en la Cineteca, Lastarria 90 y la Sala vip del Hoyts de la Reina, mostraron un corte que reflejó las diferentes aristas del aborto en la juventud chilena, mediante el relato de la intensa noche en que una pareja de jóvenes que decide abortar, con todas las consecuencias de una práctica que es ilegal en Chile.
Antonella: El aborto no es algo de lo que se hable, menos de lo que se haga cine. ¿Cómo partió esta película?
Francisca: Soy periodista, entonces todos mis trabajos están basados en temas sociales. Leí un artículo sobre lo poco que se ha avanzado en educación sexual en los colegios, los abortos con misopostinol y lo simple es que conseguirlo por Internet. Luego pensé en un filme barato, que transcurriera en un periodo de tiempo corto, porque sabemos que la inversión no se recupera. Así llegamos a un rodaje de dos semanas, un equipo de 20 personas y una locación (mi casa), más un único exterior, una plaza.
A: Diego, ¿cómo se mantiene la intensidad y la relación con el equipo para lograr un resultado tan intenso?
D: Fue un proceso difícil. Tirar la talla en el equipo técnico es muy común en el cine, les cuesta entender que los actores trabajan con las emociones, que necesitan ambiente y concentración. Hay 2 formas para llorar: O te echas Mentolatum o generas atmosfera. Por eso es bueno pedir que se genere un ambiente, porque además la persona que está moviendo focos no trata de boicotearte sino de hacer bien su pega. Por otro lado, con Marita (la actriz María de Los Ángeles García) nos conocemos de hace tiempo y eso nos dio mucha confianza. En el guión había sensaciones, no diálogos, para improvisar por ahí. Y ahí lo único que sirve es el fiato.
A: ¿Cómo fue la investigación?
F: Siempre investigo, por mi formación. No me costó. Lo hice vía chat con algunas chicas, porque nadie quiere recocer que aborta a rostro descubierto. Con todo, la carga moral es cada vez menor. En Europa no es tema. Pero intenté mantenerme neutra, no entregar un punto de vista sino dos posturas. Mi modelo fue Mar Adentro, que intenta lo mismo sobre la eutanasia.
A: Diego ¿por qué te pareció interesante trabajar en esta película?
D: Porque no entrega una respuesta, más allá de yo tener mi opinión sobre el aborto. Es dogmático tener una postura en una película y eso no tiene mucho desafío. En cambio La Espera se dedica a entregar preguntas más que mensajes. Por otro lado fue un desafío. Fue darme cuenta de que todo lo que estudié en teatro, dos primeros años de realismo, me sirvió mucho, pues había que improvisar. En películas en digital, cuando la cámara te sigue la sientes, pero no sabes donde está en tu plano, eso es difícil para los actores porque no hay momentos, no sabes que están filmando, todo es cancha, entonces actuamos todo el rato.
A: ¿Cómo han sido las funciones en los colegios?
D: Excelentes. Se generó mucho diálogo. En una función en Valparaíso se paró una chica de 15 años que contó que había pensado en abortar, nos contó todo los que averigüó y por qué no lo hizo.
A: ¿Qué rol tiene el cine en un tema como éste en Chile?
F: Yo partí joven, haciendo cortos con mucha pasión, hipotecando la casa, usando a la familia como elenco. Pero te das cuenta que el cine subsiste por subsidio. Primero postulas a un Corfo para el trailer, después al Consejo, para ver si te ganas algo. Es complicado. El cine ha crecido harto en Chile pero la gente va a ver sexo y comedia. Ese es el modelo. Entonces hacer una película sobre el aborto para generar discusión implica tener un rol social a toda prueba. Yo no podría hacer Che Copete, preferiría hacer porno. Sería más honesto.