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“Hoy el cine independiente americano es una estrategia de marketing para filmes de bajo presupuesto”

Richard Peña, director del programa de cine del Lincoln Center de Nueva York, hizo un recorrido por el cine afroamericano para hablar de verdadero cine independiente.

Si no le suena el nombre, Richard Peña (Nueva York, 1953) es un prestigioso programador de cine estadounidense. Director del programa de cine de la Sociedad Cinematográfica del Lincoln Center de Nueva York y uno de los máximos difusores del cine español en EEUU, ha sido condecorado con la Orden de las Artes y las Letras de España.

En su paso por SANFIC, el martes hizo un alto por la Escuela de Cine UDD para charlar con los estudiantes del Visionado II y IV, clases de la profesora Antonella Estévez.

“A veces hago un chiste en que digo que las tres palabras más usadas en inglés son cine-americano-independiente. Lo que antes fue un esfuerzo alternativo al cine de Hollywood, hoy es una estrategia de marketing para películas de bajo presupuesto”.

Para explicrlo, Peña hizo un recorrido por la historia del cine afro-americano, para él, verdadero cine independiente, pues estuvo vinculado a la necesidad de representación de un grupo segregado socialmente y no representado en una industria, que los incluía simplemente como servidumbre.

“Un cine independiente fue el creado por y para gente de la comunidad de color antes de la Segunda Guerra Mundial, distribuido en un circuito fuera de Hollywood, muchas veces cargando una copia por todo el país. Tuvo una estética que combinó el folclor, música, religión y crítica social. El cine afroamericano no empezó con Spike Lee».

Luego de revelar la existencia de antecentes desde 1915, se detuvo en los años 30, en la figura del cineasta de color Oscar Micheaux, quien retrató el conflicto de clase, los linchamientos, el amor interracial y la corrupción de la iglesia, “con una estética sin filtros”, apuntó.

“Lo que vino después fue otra cosa. Hubo western, comedias y terror afroamericano. Fueron producidas como diversión, siguiendo las reglas y convenciones de Hollywood. No se puede hablar de un lenguaje común afro, salvo por la ausencia de blancos”, explicó Peña.

Sin embargo, el programador aseguró que “sí existen puntos de contacto entre el cine afroamericano y el cine de vanguardia: Forman un capítulo fascinante que celebra la voluntad de crear contra todos los prejuicios”.