Profesor de Historia del Cine y Visionado en Cine UDD, y programador del Festival de Valdivia y Fidocs, estuvo en mayo en la meca del cine. “Un programador establece un punto de vista sobre el cine y lo instala como una alternativa a las pantallas tradicionales”, dice.
En mayo Raúl Camargo estuvo en el último Festival de Cannes. Como programador del Festival Internacional de Cine de Valdivia, básicamente fue a ver películas, cerrar tratos con distribuidores y productores y repartir filmes. Los acuerdos alcanzados son, por ahora, secreto de estado, pero puede asegurar que en tres días vio 10 películas, volvió con 13 tratos cerrados y dejó 9 en curso.
Sobre las películas que se llevó bajo el brazo para mostrar en Francia, también hay confidencialidad. Por lo menos hasta la última semana de septiembre, cuando se realice el lanzamiento Festival de Valdivia. Sin embargo afirma que “hubo gran interés por el cine chileno y se realizaron contactos con muchos festivales internacionales para el envío de material nacional”.
Así es, en lo formal, el trabajo de Raúl Camargo, Licenciado en Cine de la Universidad Arcis y profesor de Historia del Cine IV y V y Visionado en Cine UDD. Su apreciación sobre la labor que desarrolla tiene más espesura.
“Un programador establece un punto de vista sobre el cine y lo instala como una alternativa a las pantallas tradicionales (cine y televisión), las cuales están coaptadas por un cine narrativo poco imaginativo, superficial y comercial”, explica, “el programador selecciona películas que van en contra de esta tendencia, estableciendo un espacio de resistencia cultural y de diálogo entre las cintas y el público”.
TAMBIÉN EN FIDOCS
Pero seleccionar películas para el Festival de Cine de Valdivia, no es su único trabajo como programador en el año. Camargo también programó los filmes de la versión 15 del Festival Internacional de Documentales de Santiago que se realizó en junio.
La convocatoria tuvo la respuesta de más de 200 trabajos, tanto chilenos como latinoamericanos. Todos con un nivel “altísimo” de calidad. “Sin duda alguna”, dice Raúl, “fue la mejor competencia de la historia de Fidocs”.
-¿Cuál es el mayor escollo para crear audiencias para el cine documental?
-Que el cine documental trabaja una perspectiva sobre el mundo, toma partido, no deja indemne al espectador. Esto hace que sea un cine resistido ya que no mantiene el status quo, sino que lo cuestiona. Por lo mismo está ausente de las pantallas de TV y del cine comercial, lo que hace que sea difícil crear un habito de ver documentales. Eso es justamente lo que Fidocs trata de reparar realizando el festival.