Por más películas que hayan visto y por más cortos que hayan filmado, hacer una propuesta de vestuario no es llegar y agarrar un lápiz grafito, una hoja y ponerse a dibujar. Y como ese es el desafío de los alumnos de Dirección de Arte II, Sebastián Muñoz invitó a la diseñadora Juana Díaz a dar una charla ayer.

La creadora de los sexys cueros de Sangre Eterna (2002), de la “corriente” ropa de fin de semana de De Jueves a Domingo (2011) y de las más variadas prendas para cortometrajes, no dio puntada sin hilo y explicó inmediatamente de qué se trata su pega.

“Mi trabajo es interpretar una idea, investigar y llevarla al vestuario, pero con varias reglas: los personajes deben diferenciarse pero mantenerse en un mismo contexto, el de la propuesta estética global (dado por la época, el clima, el factor socioeconómico, por ejemplo). Y las sutilezas del vestuario son encargo de Arte, como el pantone de colores. Todo eso debe saberse antes de buscar la ropa por lo que el diálogo con el Director de Arte es fundamental”.

La prueba de vestuario es la parte álgida del proceso. La recomendación de Juana es llegar con muchas alternativas, planificar muy bien los tiempos con los actores y guardar incluso lo que no será usado por si el director cambia de opinión. “Me ha ocurrido varias veces”, confesó.

Aprobada la prueba de vestuario, el conocimiento al dedillo del guión es fundamental para hacer el desglose de vestuario. De la primera a la última toma el vestuarista debe saber qué ropa usarán los actores, tener dos prendas por vestuario para las eventualidades, ser extremadamente ordenado en el embalaje y estar en terreno con hilo, aguja y botones.

“Hay que tener anotado todo lo que ocurre en el desarrollo del guión, si se mancha la camisa en la historia, conservar la mancha para la continuidad. Son detalles que deben estar en el desglose”, explicó. “¿Prohibiciones? la ropa no puede ser nueva, tiene que tener vida, ser creíble. No es un comercial”.

Finalmente Juana entregó los tips para envejecer la ropa: “Lavarla sin detergente, quizás con muy poco de cloro y para las prendas blancas usar agua de té. También usar lija fina en los cuellos y los puños, pero ni lija negra ni roja porque manchan. La grasa de foca es lo mejor para envejecer, se aplica en los puños y cuellos por dentro, pero si no hay presupuesto, betún incoloro sirve. Los zapatos pueden quemarse y después lijarse o mejor, pasarse por el hollín de la cuneta, lo que llamamos ‘cunetear’. La cuneta es nuestro mejor amigo”.