El director de «La sagrada familia» y profesor de la Especialidad en Dirección I y II en la Escuela de Cine UDD, se refiere al sello educativo de la carrera: «tiene una buena combinación de teoría y práctica».
A mediados de los noventa, Sebastián Lelio estaba egresando de la Escuela de Cine Chile. Su destino estaba trazado pero debió esperar un poco. Después de casi una década dedicado al cortometraje entre otras actividades, el director estrenó su primer largometraje, «La Sagrada Familia», seleccionado en más de 100 festivales y dueño de 30 premios internacionales. Desde entonces no ha parado, sólo lo suficiente para hacer clases.
En la Escuela de Cine de la Universidad del Desarrollo, Lelio es profesor de la Especialidad en Dirección I y II. «Es un taller de ejercicios prácticos basado en el análisis y ejecución de distintas operaciones cinematográficas formales», explica, «porque creo que en esta escuela hay una buena combinación de teoría y práctica, entendiendo que el cine es una mezcla de ciencia y de intuición, de pensamiento y artesanía».
Eso aplicó en «Navidad» y de seguro en su tercera cinta, “El año del tigre”, proyecto que recientemente ganó en el Santiago Festival Internacional de Cine (SANFIC 6), en la categoría “Work in Progress”. Y ya piensa en su cuarto largometraje, «Perdón mamá», filme que ya cuenta con $ 124.911.206 de financiamiento y que será protagonizado por Paulina García como una mujer madura abrumada por la soledad.
Y a pesar de que en los últimos años se le ha colgado el liderazgo de una generación de directores que ganan festivales y con proyección internacional, Lelio cree que el cine chileno aún está en pañales como industria y que le falta «seguir expandiendo los límites de lo posible, en todas direcciones».