El disidente cubano refugiado en Chile compartió con los alumnos de Periodismo su visión social, política y económica de la isla.
“Los disidentes estamos optimistas ya que vemos la dictadura castrista extinguiéndose. Soñamos con una pronta democracia y por ella estamos luchando pacíficamente”. Son las palabras de José Ubaldo Izquierdo, disidente cubano que llegó recientemente a Chile en calidad de refugiado político, quien sostuvo en la UDD un encuentro con los alumnos de la Escuela de Periodismo.
Izquierdo fue entrevistado por Loreto Daza, directora de la carrera, sobre temas como sus discrepancias con el régimen y la realidad política, económica y social que se vive en Cuba.”El año 1999 empecé a discrepar de la política social del gobierno de Castro al ver la miseria, la discriminación y la misma retórica política que no cambia”, explicó Izquierdo. “En Cuba tienes que inventar cómo llevarte un bocado a la boca».
Por ello fue que pasó a integrar una organización de derechos humanos clandestina, “Comisión Cuba”, donde se dedicó a escribir sobre la realidad de la isla para distintos medios internacionales. “Sin ser periodista de profesión, –estudiar una carrera profesional en Cuba es imposible ganando un salario promedio de 15 dólares mensuales – hice un periodismo desafiante, enviando los textos vía fax y siendo perseguido permanentemente por la policía”, relata el cubano.
El año 2003 fue detenido y condenado a 16 años de prisión por haber apoyado el “Proyecto Varela”, un referéndum a favor de mayores libertades cívicas para los ciudadanos de la isla.”Atentar contra la seguridad de la nación fue la acusación. No tuve garantías procesales, el juicio fue un circo romano”, cuenta Izquierdo.
En la cárcel fue víctima de “un trato cruel, degradante, inhumano. Vivir en una cárcel cubana es vivir en un campo de concentración. Me descompensé sicológicamente y llegué a dudar si quería seguir viviendo”… confiesa el refugiado.
Estuvo 7 años y 4 meses en prisión, hasta que en julio pasado fue liberado junto a 51 disidentes, gracias a la presión internacional ejercida a raíz de la huelga de hambre de Guillermo Fariñas.
A fines de ese mes llegó a Chile, donde espera establecerse de manera definitiva junto a su mujer, sus tres hijos, sus suegros y un sobrino. “Estoy enterrando el estrés, ya no dependo de las pastillas para dormir…”
En nuestro país, Izquierdo trabajará para la Municipalidad de Isla de Maipo, aunque su sueño tener un negocio privado: “Mi sobrino es chef y nos gustaría poner un local de comida cubana”, revela con una sonrisa llena de esperanza.