El reciente ganador del premio Pedro Siena por su trabajo en “Ilusiones ópticas”, contó su experiencia como Director de Fotografía de las más destacadas películas chilenas de la última década.
Inti Briones, eximio representante de la Dirección Fotográfica compartió con los estudiantes de la carrera de Cine UDD este martes, en lo que fue el último encuentro del Ciclo “El Estado de las Cosas: Los oficios del cine”. La cita contó con la conducción del Secretario de Estudios de nuestra carrera, Marcos Díaz, quien inició la conversación presentando a Briones como uno de los grandes referentes del cine chileno de la última década.
El reciente ganador del premio Pedro Siena por su trabajo en “Ilusiones ópticas”, contó su experiencia desde que se hizo cargo de la Dirección Fotográfica de la cinta “Tendida mirando las estrellas”, de Juan Andrés Racz, y continuó con “El cielo, la tierra y la lluvia” de José Luis Tores Leiva, “Huacho” de Alejandro Fernández y “Cofralandes”, “Rapsodia Chilena”, “Días de Campo” y “La Recta Provincia”, de Raúl Ruiz.
Discípulo directo de Héctor Ríos, Director de Fotografía de “El chacal de Nahueltoro”, Briones contestó pregunta como la diferencia entre el celuloide y el digital. “Esencialmente no hay diferencia en el sentido de que la narración es lo más importante. Pero cada material tiene su momento y por eso es importante el diálogo no sólo con el director, sino con todo el equipo”.
El destacado profesional tomó como ejemplo el filme “El cielo, la tierra y la lluvia”, que a pesar de su bajo presupuesto fue filmada en 35 mm. “El productor, Bruno Bettati, fue quien pidió 35 mm. Fue una buena decisión y todo el mundo habla de la fotografía, pero no tendría sentido sin el tipo de narrativa de José Luis Torres Leiva”.
¿Existe la autoría en la Dirección fotográfica? “No creo en la autoría. En la construcción de la imagen sí, pues es producto de un diálogo. Cada uno de los directores llega con un universo propio y a mí me pasa que me gusta acercarme y ponerme dentro del universo del director y dejar, en términos conceptuales, que eso entre en mí”.
Briones recordó cuando Raúl Ruiz lo llamó para “Días de campo”. “Me citó a las 12 a almorzar y me fui a las 6 de la tarde un poco caramboleado. Me di cuenta que no me había dicho nada específico. Al otro día lo llame preocupado. ‘Ven mañana y almorzamos de nuevo’, me dijo. Pasó exactamente lo mismo. A partir de eso entendí que él proponía poner elementos sobre la mesa para filmar con el ejercicio de no cerrar la puerta a que sucedan cosas a partir de lo planeado. Cuando llegó el momento del rodaje, tuve una conciencia mayor que si él me lo hubiese pedido específicamente, hablábamos de la chilenidad, de verlo desde afuera, de músicos, de las comidas, de los sándwiches extintos. Estaba otorgándome lo esencial de su motivación”.
Finalmente Inti, recalcó la importancia de que el equipo completo sepa para qué están trabajando. “Hago test y los muestro para que todos sepan las tonalidades de la filmación y no se frustren si algo no quedó como estaba pensado. A mí me pasó una vez, con “El Leyton”, que Gonzalo me dijo que la película era en blanco y negro y me pidió un filtro rojo para el contraste. Al final la cinta no fue a laboratorio y quedó en color. Tengo una copia en dvd que veo cada cierto tiempo para acordarme de la traición”. Risas y aplausos.