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Revelaciones sobre el arte de escribir columnas

Cristián Warnken, Alfredo Jocelyn Holt, Héctor Soto y Agustín Squella participaron en el ciclo “Columnistas en Vivo”, organizado por Periodismo y Literatura UDD.

El columnista fue uno de los invitados a este ciclo.

Cristián Warnken: su intento por darle belleza al mundo

«Uno debe tratar de no sumar más mensajes negativos, sino intentar darle un poco de belleza al mundo». Por ello es que Cristián Warnken, columnista semanal de El Mercurio, evita escribir sobre temas contingentes, como la política.

«No escribo desde una idea, sino desde una emoción. He botado columnas porque estaban muertas», explica Warnken. Sus textos los escribe y luego los deja reposar. «Mi mujer es quien primero hace de lectora crítica, sus comentarios son sumamente lúcidos», cuenta el poeta, profesor de castellano y decano de la Facultad de Educación y Humanidades de la UDD.

Cristián Warnken se esfuerza por mantener siempre viva la capacidad de sorprenderse ante las cosas, así es como surgen temas nuevos, los que mezcla con la poesía.

Hace dos años y medio que lo llamaron de El Mercurio para escribir. «Nunca he tenido problemas con el diario, si me llegaran a prohibir algún tema, me iría», afirma. Tampoco recibe un sueldo por sus columnas, «para mantener mi independencia». El Mercurio le ofreció también editar un libro que recopilara sus textos, así fue como surgió «Aún no ha sido todo dicho».

La urgencia del periodismo es un tema que lo inquieta, pero a la vez le gusta. «Uno debiera tener columnas guardadas, pero éstas pierden la frescura. La columna debe estar viva y si uno siente que no tiene nada que decir, debe callar», dice. A quienes quieran dedicarse al oficio de escribir columnas recomienda «leer mucho, con pasión, leer buen periodismo y buenos columnistas. Y también observar».

Sobre su columna «Clemente», escrita cuando murió su hijo, Warnken confiesa que «fue mi forma de llorar. Esa columna se escribió sola. El gran riesgo del dolor es quedarse encerrado en él y ese texto me salvó».

Cristián Warnken fue el primer invitado al ciclo «Columnistas en Vivo». Sus entrevistadores fueron los alumnos de Periodismo Alicia Tagle, Andrés Vivanco y Pablo Melo y la alumna de Literatura y Periodismo, Patricia Quintana.

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Alfredo Jocelyn Holt: escribir pensando en alguien

El Mercurio, La Tercera, Qué Pasa y The Clinic son algunos de los medios que han publicado las columnas del reconocido historiador Alfredo Jocelyn Holt, quien afirma escribir «pensando siempre en alguien. Es útil tener esa imagen».

Jocelyn Holt escribió durante nueve años columnas para El Mercurio. Sólo lo censuraron una vez, cuando escribió «No es una vaca cualquiera», sobre la primera vaca que llegó a Chile. «Fernando Silva, entonces editor de opinión del diario, eliminó una alusión que hacía a la canción nacional. Fue la única vez que me censuraron», recuerda entre risas.

Luego vinieron sus columnas para distintas secciones de La Tercera y para la revista Qué Pasa, medios que lo pautean sobre los temas que debe escribir. «Para The Clinic sugiero ideas», cuenta.

Jocelyn Holt reconoce tener una «autocensura, una forma de ubicación». Después de escribir de manera sistemática, uno termina escribiendo para el público que habitualmente lo lee. «Uso refranes, fotos, imágenes. Trato de no incluir demasiadas ideas», explica acerca de su estilo. «No me gusta que me corrijan», confiesa, declarándose «un orgulloso».

Muchos de sus temas surgen en sus viajes en metro, «ahí mastico la idea». A la hora de sentarse frente al computador, «fumo mucho, camino mucho. Duro 20 minutos frente a la pantalla y me demoro aproximadamente 7 horas en terminar. Dejo reposar el texto y lo corrijo a la mañana siguiente», explica.

Jocelyn Holt lee a varios columnistas: Héctor Soto, Eugenio Tironi, Pedro Gandolfo, Patricio Navia y Rafael Gumucio, entre otros. «El gran columnista y maestro de este género que ha tenido Chile fue Joaquín Edwards Bello», declara.

Ser redactor de columnas le ha servido mucho a la hora de escribir historia, por ejemplo, en la rigurosidad de los datos que incluye en sus textos, «trato de no cometer ningún error».

Sobre su estilo afirma ser «particularmente ácido con la gente que tiene poder».

Alfredo Jocelyn Holt fue entrevistado en la UDD por el decano de la Facultad de Educación y Humanidades, Cristián Warnken; por las alumnas de Periodismo, Alicia Tagle y Mariana Osorio y por el alumno de Literatura, Diego Alfaro.

Héctor Soto: el temor de escribir todo igual

Con cada una de sus columnas, el abogado, periodista y crítico de cine Héctor Soto, trata «de sacar un conejo de un sombrero». Su gran temor es escribir todo igual. «La columna debe tener más chispa que grandes ideas», afirma.

Entre otras cosas, Soto ha trabajado en Revista Paula y en Revista Capital, donde fue editor general.

Actualmente está en La Tercera, donde escribe columnas políticas y críticas de cine, su gran pasión. «Trato de comentar las películas que me gustan, que son aquellas que me abren un mundo. Una buena película es la que transmite una verdad», indica el crítico. Sobre su estilo declara no haber escrito nunca una línea «sin que se sepa si me gustó o no la película. Me gusta una crítica que sea jugada», explica. Tampoco es partidario del subsidio crítico. «Cuando algo es malo o es bueno, hay que decirlo».

Héctor Soto declara abiertamente que «los lectores me leen con sesgo porque escribo desde la derecha liberal y trato de no salirme de ese personaje. Mi especialidad es la derecha. Escribir una columna desde la neutralidad pura es muy difícil».

El tipo de columnas que le interesan son aquellas que entregan información, además de opinión. En este sentido, para Soto son los columnistas norteamericanos los que mejor desarrollan el género, «ellos investigan y sacan conejos todo el tiempo».

El columnista de La Tercera defiende la prensa escrita como fuente de información y de opinión relevante: «el doctorado de la opinión pública sigue estando en los diarios. La TV es tan mala que ni siquiera hace daño… «, dice tajante.

Héctor Soto fue entrevistado en la UDD por Cristián Warnken; por los alumnos de Periodismo Alicia Tagle y Andrés Vivanco y por la alumna de Cine, Melanie Hebel.

Agustín Squella: el placer de no ser monotemático

Hace 15 años que el abogado y periodista Agustín Squella escribe columnas para El Mercurio, medio al que llegó invitado por su ex director, Juan Pablo Illanes. «Antes había colaborado con El Mercurio de Valparaíso y el cuerpo Artes y Letras», cuenta este porteño, ex rector de la Universidad de Valparaíso.

En todos estos años, «nunca me han cambiado una coma. Hay un respeto absoluto hacia la libertad para expresar mis ideas, una disposición a no interferir en que escribo», destaca.

Squella escribe sobre política y otros temas: «mis columnas son escandalosamente subjetivas. Por ejemplo, puedo escribir sobre el canelo que veo en mi jardín… » El único requisito para ser tema de sus escritos es «que me produzca interés. Mi receta es no ser monotemático. Esto hace que escribir sea un placer», declara.

Nunca ha dejado de escribir por temor a las reacciones de los lectores. «El único límite que me pongo son las personas. Procuro siempre debatir en el terreno de las ideas, sin mencionar nombres. Lo que interesa es la pelota, no el jugador», señala como ejemplo.

Así es como este profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valparaíso se esfuerza por mantener sus críticas sin caer en la descalificación de personas.

Agustín Squella escribe con «la esperanza de que algún lector desconocido tenga alguna vibración emocional». Jamás escribir pensando en lo que el lector quiere que le digan, «nunca hay que dar recetas», acota.

Según el columnista, no se puede escribir sin leer. «Antes de escribir está leer. Y no se puede escribir sin corregir. Corregir es mejorar», afirma.

Su estilo como columnista lo cultivó leyendo a escritores como Virginia Wolf, Joseph Conrad, Graham Greene, entre muchos otros. «Mi estilo se debe a la lectura de grandes novelistas, no de periodistas», confiesa.

Se inició como redactor en el diario mural de su colegio y luego en el Diario La Unión de Valparaíso, escribiendo las páginas editoriales. «Fue una muy buena escuela», recuerda.

Su profesión de abogado se la debe a su padre. «Yo quería estudiar Literatura o Periodismo, pero en esa época decidía el padre y el mío quería ingeniería. Negocié con él estudiar derecho». Como abogado, Squella ha tenido «la suerte de enseñar la más literaria de las disciplinas del derecho: Filosofía del Derecho», cuenta con satisfacción.

La entrevista a Agustín Squella, en el cierre del Ciclo «Columnistas en Vivo», la realizaron Cristián Warnken y los alumnos de Periodismo, Alicia Tagle y Andrés Vivanco.