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Claudia Reyes en Diario El Sur: Eleanor, Isabelle y Brooke

Eleanor tiene 24 años, Isabelle, 25 y Brooke, 39. Las tres están disponibles 247, nunca se cansan, jamás dicen que no. Ninguna de las tres existe. Son “novias de IA” que proliferan en sitios de contenido adulto, según documenta una nota escrita por Amelia Gentleman en el diario The Guardian.

Los defensores de estas plataformas presentan una falsa dicotomía. Steve Jones, operador de uno de estos sitios, lo plantea así: “¿Prefieres tu pornografía con mucho abuso y tráfico humano, o preferirías hablar con una IA? Nunca tendrás una chica de IA víctima de trata. Nunca tendrás una chica forzada a una escena que la humille hasta suicidarse”. Este argumento asume solo dos escenarios posibles, ¿qué pasa con las relaciones consensuadas, con industrias reguladas donde las trabajadoras tienen derechos y agencia? Equiparar ambas situaciones solo trivializa la gravedad del tráfico humano real.

Existe otra dimensión perturbadora: ¿qué modelo de feminidad estamos codificando? Eleanor, Isabelle y Brooke están diseñadas para complacer. El “ideal” programado es la ausencia de necesidades propias, de límites, de complejidad humana. Una novia de IA nunca dirá hoy no quiero”, “eso no me gusta”. Su existencia completa gira en torno a la satisfacción del usuario.

Estas IAs se entrenan con datos de internet y replican patrones existentes. La versión de mujer que emerge es probablemente complaciente, disponible, existente solo en función del deseo masculino. A diferencia de películas o series donde hay distancia crítica y narrativa que contextualiza, la interacción con una novia de lA es personalizada, directa, diseñada para crear ilusión de reciprocidad sin marco que permita reflexión.

El impacto más preocupante ocurre cuando estas interacciones entrenan expectativas y terminamos creyendo que así es como “debería” comportarse una pareja. Si alguien pasa horas en “relaciones” donde no existe necesidad de negociar, de considerar al otro, de tolerar frustración o rechazo, ¿qué ocurre cuando intenta conectar con personas reales? Las relaciones humanas genuinas requieren empatía, tolerancia a la ambigúedad, gestión de conflictos, aceptación de que el otro tiene necesidades que a veces chocarán con las tuyas. Estas habilidades se desarrollan con práctica, pero es precisamente esta complejidad la que estas interacciones con lA están diseñadas para eliminar.

Frente a esta innovación, podríamos referimos a la distinción que hacía Umberto Eco entre apocalípticos, quienes ven en cada tecnología el fin de la civilización, e integrados, quienes celebran sin críticas todo progreso. Confieso que me inclino hacia lo apocalíptico. No porque crea que esta tecnología destruirá la humanidad, sino porque veo en ella la normalización de dinámicas que nos hemos demorado décadas en cuestionar. Eleanor, Isabelle y Brooke no son reales, pero sus efectos sobre cómo entendemos las relaciones, la reciprocidad y lo que significa ser mujer podrían serlo. Y eso merece algo más que entusiasmo sin cuestionamientos.

DRA. CLAUDIA REYES BETANZO

“Académica Facultad de Comunicaciones Universidad del Desarrollo»