Según cifras del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, un 97% de los negocios de la industria creativa en el país son microemprendimientos, y en la región del Biobío son cerca de 15 mil las personas que trabajan de forma directa o indirecta en este sector. Uno que, sin embargo, presenta diversas problemáticas, entre ellas, un alto grado de informalidad, una baja tasa de profesionalización, fragmentación y escasa retención del talento.
Justamente, el cómo emprender de manera exitosa en esta área fue lo que abordó el seminario “Vivo de mi creatividad: Una mirada sostenible de la industria creativa”, organizado por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad del Desarrollo en el marco del proyecto RedCrea UDD, el cual tiene como objetivo ayudar a profesionalizar los negocios ligados a las culturas y las artes.
Desde su lanzamiento haca ya más de un año, “RedCrea UDD ha desplegado sus capacidades y recursos para fortalecer la formación de capital humano en estos ámbitos junto con expandir proyectos asociativos y encadenamientos productivos” afirmó Carolina Mardones, decana de la Facultad de Comunicaciones.
Durante el seminario, realizado en el auditorio principal de la casa de estudios en Concepción, los asistentes pudieron conocer los casos de éxito de Antonio Bazán, director técnico de Factoría de Industrias Creativas de Madrid; Carola Josefa, artista visual e ilustradora; Felipe Macera, chef y dueño del Taller Macera, y Catalina Cabrera, periodista y sociofundadora de Revista Ruda, entre otros emprendimientos. Una instancia para “compartir experiencias que dan cuenta de las desafíos y oportunidades que surgen en este sector para ampliar la mirada y promover el desarrollo de vínculos, que permitan potenciar sus capacidades”, sostuvo la decana.
Esta actividad, sin embargo, no fue solo para conversar sobre estos casos de éxito, sino que también para dar a conocer a los seleccionados de la segunda convocatoria del “Programa para la Profesionalización y Competitividad de la Industria Creativa” de RedCrea UDD, proyecto ejecutado con recursos del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional.
Estos emprendedores tendrán la posibilidad de asistir a mentorías con expertos, para así profesionalizar la gestión de sus negocios con el fin de mejorar su competitividad y propiciar la colaboración para la construcción de un ecosistema creativo más robusto y dinámico en el Biobío.
Asimismo, podrán participar en un workshop Pyme Naranja, que “es una herramienta didáctica que le permite a los emprendedores autoevaluar distintas facetas de sus negocios”, explicó la directora del proyecto, Alejandra Gouët y agregó que “esto tiene como fin que quienes participen del programa puedan detectar aquellos puntos de mejora y así tomar decisiones estratégicas para hacer sus emprendimientos más competitivos, profesionales y más conectados a redes que faciliten sus operaciones”.
Una de las seleccionadas es Marcela Pérez, quien durante una década fue banquetera, pero que tras el estallido social y la pandemia tuvo que reinventarse y hace un año creó “Alma Ghee”, una pyme que produce y vende mantequilla clarificada. “Quiero aprender y obtener las herramientas para ser una emprendedora profesional” dijo sobre sus motivaciones para postular y agregó que además espera “poder formar más redes de contacto y hacer conocida mi marca, así que es una oportunidad que quiero aprovechar”.