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Juan Antonio Muñoz: “A Shakespeare hoy lo viven incluso aquellos que nunca han leído una de sus obras”

Las columnas diarias que Juan Antonio Muñoz, periodista y profesor UDD, publicó en 2016 por la conmemoración del cuarto centenario de la muerte del bardo, conforman el recién lanzado libro “Camino a Shakespeare”.

juan antonio muñoz

Su acercamiento a la obra de William Shakespeare fue muy temprano. A los 7 años Juan Antonio Muñoz, editor de Vida Actual de El Mercurio y uno de los críticos más destacados de Chile, descubrió un libro con narraciones de sus obras en su casa. Luego vino un seguimiento de décadas, cristalizado en una serie de columnas que hoy son parte del libro “Camino a Shakespeare” (Editorial Puerto de Escape), presentado la semana pasada.

“No estoy seguro, pero es muy probable que fuera una traducción al español de ‘Los cuentos de Shakespeare’ (1807) de Mary y Charles Lamb, quienes relataron las historias para los niños. Muy pronto quise conocer más y más. Me obsesioné con ‘Romeo y Julieta’ y leí todas sus obras, en las traducciones de Espasa Calpe. Cuando me metí en esos textos, partió la devoción”, explica el profesor del Taller de Cultura y Espectáculos de nuestra carrera. 

Con los años continuó sumergiéndose en las obras del bardo más allá de la lectura, apreciándolas en el teatro, el cine y la música. Presenció “Hamlet”, “Rey Lear”, “Otelo”, “Noche de Reyes”, “Como gustéis”, “Trabajos de amor perdidos”, y decenas de otras piezas a esta parte. Y recuerda especialmente “El Mercader de Venecia” con Alejandro Cohen y “Hamlet” de Tito Noguera con María Cánepa.

Para Juan Antonio, la obra de Shakespeare es inacabable e inabarcable. Así lo deja ver en este volúmen, con el que reunió las columnas diarias que publicó durante mayo de 2016, en el marco de la conmemoración del cuarto centenario de la muerte del bardo.

“Los textos del libro abordan las miradas de Shakespeare sobre múltiples asuntos: el poder y su uso, cómo se puede amar a pesar de todo, el sentido de la guerra, el sueño, cómo la belleza puede vivir en la miseria, las dudas, cómo nos relacionamos, por qué y cómo establecemos relaciones… También cómo hoy encontramos a Shakespeare en múltiples disciplinas: la psicología, las leyes, la música, la botánica, la astrología y la astronomía”, agrega.

-El libro aborda diferentes dimensiones de Shakespeare, desde su imaginario a su influencia en la cultura occidental. ¿Cómo resumirías este cuerpo de textos, qué tipo de mirada sobre el personaje los une?

-Shakespeare habló de todo, y además siempre lo hizo bien; en ese sentido, su existencia es un milagro. Mi mirada es apasionada porque siento que es incluso peligrosa la ausencia de Shakespeare en nuestras vidas y que los vacíos de él pueden convertirse en despropósitos existenciales, en oscurantismo humano y no solo ignorancia enciclopédica. Shakespeare nos dice, en cada una de sus obras, que las cosas no son solo como las vemos. 

-¿Cómo dialoga su obra con la actualidad?

-Pienso que lo que sucede hoy en nuestras ciudades, esa falta de amor, de entendimiento, el reino de la pobreza del alma, la miseria espiritual que nos cerca y que se empina en el poder y en las calles, se deben también a que no están las obras completas de Shakespeare en las casas. Así lo dice Dominic Dromgoole, quien fue director del Teatro El Globo durante muchos años. La vida es más segura y feliz si en las casas habitan las obras de Shakespeare.

-Un extracto del libro que dice «Al contacto con Shakespeare, se cree y se mejora. De verdad se hace uno mejor (…) Es diferente vivir la vida con Shakespeare que sin él». Esa afirmación abre grandes preguntas, la principal: ¿Cómo sería la cultura occidental sin su obra?

-Shakespeare inundó nuestra existencia. Es inimaginable nuestro mundo sin él. El mundo existía antes de él y también la raza humana, pero cuando apareció llenó el paisaje completo. A Shakespeare hoy lo viven incluso aquellos que nunca han leído una de sus obras; lo viven, pero no lo saben. Cambió la percepción sobre el misterio de la existencia, y subrayó en cada uno de nosotros esas disociaciones en las que vivimos permanentemente los seres humanos.