En la vida real, los segmentos que representan se sienten exactamente igual de consideradas a la hora de tomar decisiones, tienen exigencias de calidad similares al consumir y creen que su rol organizador es clave para que las cosas funcionen. Como si fuera poco, tienen exactamente las mismas rutinas: lavar los platos y hacer la cama el fin de semana
Consuelo Aldunate representa a mujeres solteras entre 26 y 35 años, de los segmentos ABC1 –C2, globalizadas, liberales, exitosas y sofisticadas. La Señora Juanita, en cambio, identifica a las dueñas de casa entre 45 y 65 años, de los segmento C3-D, hogareñas, conservadoras, nostálgicas y en cierta medida frustradas.
Pese a la distinta realidad del personaje que cuenta sus anécdotas semanalmente en la “Revista Ya” y de la que creó el ex Presidente Ricardo Lagos para referirse a la dueña de casa que resguarda el presupuesto familiar, lo cierto es que sus percepciones de sí mismas no son nada de distintas.
Así quedó demostrado en el seminario “De Consuelo Aldunate a la Señora Juanita: ¿De qué mujeres me hablas?”, organizado por la Facultad de Comunicaciones, la Facultad de Psicología y el Centro de Estudios Mediática de la Universidad del Desarrollo. El evento tuvo lugar hoy (miércoles) en el Centro Cívico de Vitacura, y contó con la asistencia de más de 300 personas.
El grupo de “las Consuelos” y el de las “Sras. Juanitas” se sienten igualmente exitosas (64,4% y 62,6% respectivamente) y casi igual de confiables (96,7% versus 85,2%). No presentan grandes diferencias al preguntarles si se perciben como “amenas” —un 92% del primer grupo y un 76,8% del segundo creen serlo— ni en sus definiciones valóricas frente a temas como la píldora del día después y el matrimonio entre homosexuales. Además, en ambos grupos reconocen tener altas exigencias de calidad a la hora de consumir.
El estudio, elaborado por Mediática, reveló la similar aprobación que lograban en ambos segmentos afirmaciones como “usualmente me piden mi opinión para tomar decisiones” (el 65% de ambos grupos lo cree así) y “siento que las cosas funcionan cuando yo las organizo” (70,5% versus 59,9%).
En el encuentro, que giró en torno a la mujer como tema de análisis y representación en los medios de comunicación, se demostró lo poco acertado que es basarse en estereotipos para intentar apelar a las mujeres a través de los medios y la publicidad, ya que un porcentaje importante no cuadra con ellos. También se hizo énfasis en la importancia de estar alerta a las mujeres que están irrumpiendo, apoderándose de espacios alternativos.
La panelista Claudia Aldana, columnista creadora del personaje Consuelo Aldunate, aseguró que ella escribía desde su propio mundo, desde su experiencia y lo que conocía, y que gracias a ello podía transmitir las frustraciones y las penas de las mujeres que superan los 30 años, que tienen varios títulos y son exitosas laboralmente, pero que los sábados en la noche se quedan viendo TV porque no tienen una pareja con quién salir. “Me siento parte de una generación que jamás se planteó el concepto de paridad porque en cierta medida los espacios ya los tenemos ganados”, dijo. Pero, en su presentación dejó traslucir la soledad que puede acompañar al supuesto “éxito” de estas mujeres modernas.
Respecto de la mujer como objeto de estudio del marketing y la publicidad, la psicóloga especializada en esta área Lorena Ros aseguró que hoy se da una verdadera profesionalización del rol de dueña de casa, donde todas las actividades están “agendadas”. “Las mujeres que administramos el hogar somos expertas investigadoras de mercado”, dijo.
Paula Escobar, editora de revistas de El Mercurio, fue enfática al señalar que hay dos cosas que una mujer chilena jamás puede hacer si está en una reunión con hombres: golpear la mesa (porque de inmediato será tildada de histérica) y contestar el celular con un “mi amor, voy al tiro a la casa”. Con esto aludió a la campaña comercial de Líder, cuya gerente de personas responde el llamado de una hija en una reunión de directorio. “Si haces eso aquí en Chile, te echan”, dijo.
La psicóloga y columnista Paula Serrano se refirió a la reivindicación de la rabia femenina. Según ella, sólo a los hombres se les permite ser rabiosos –como al ex Presidente Lagos-, pero a cualquier mujer que exprese ese sentimiento se le descalifica. “Hay que darle espacio a la rabia de las mujeres como mecanismo de prevención de la depresión”. Como caso concreto mencionó a la Ministra de Defensa Vivianne Blanlot, quien tras su primera salida de libreto ha sido víctima de descalificaciones.
La psicóloga Pilar Sordo, autora del libro ¡Viva la diferencia! hizo un llamado a las madres a transmitirles a sus hijas lo maravilloso que es ser mujer, y que ojalá esto no se vea como “una pesadumbre”. Margarita María Errázuriz, socióloga y presidenta de ComunidadMujer, destacó que las mujeres hacen una verdadera catarsis a través de los medios escritos, donde muestran todas sus debilidades e inquietudes. “Creo que esto es bueno, que nos ayuda a construirnos con más elementos de análisis”.
Respecto del universal anhelo de alcanzar la felicidad y el éxito, la psicóloga clínica Ety Rappaport planteó que estos elementos se encuentran en “lo vincular”, en las relaciones, ya sean en las familiares, de amistad o laborales. “Se trata de establecer relaciones comprometidas”, dijo.
El encuentro también contó con la presencia del publicista Antonio Sarroca, director creativo general de Prolam Y&R, quien reconoció que la publicidad está “al debe” en su tarea de hablarles efectivamente a las mujeres; con el sociólogo Juan Carlos Altamirano, quien destacó cómo Televisión Nacional históricamente ha ido a la vanguardia en mostrar los cambios de la sociedad y de la mujer; y la actriz Solange Lackington, quien dio las claves sobre cómo pudo crear al exitoso personaje “Martuca” de la teleserie Brujas de Canal 13.