Quienes fueron a la charla de María José “Pepa” San Martín en el ciclo “El estado de las cosas” de Cine UDD, no sólo aprendieron un poco más de cine, de mujeres y de cómo trabajar en equipo debe ser imperativamente, una fabulosa experiencia. También pudieron ver “La ducha”, corto ganador de la última Berlinale.

La cinta, despedida bajo una regadera de una pareja de mujeres interpretadas por Luz Croxatto y Manuela Oyarzún y filmada en una toma de 10 minutos, es su primer trabajo de dirección y hoy la tiene preparando sus maletas para cobrar el premio de la Berlinale: tres meses de residencia en Alemania para trabajar en su siguiente proyecto.

De eso, del cine, de los desnudos y de la amistad estuvo conversando la también Asistente de Dirección de “Play”, “Verano”, “Turistas”, “La buena vida”, “Radio Corazón”, “Huacho” y “Sentado frente al fuego” con la periodista y docente de nuestra carrera, Antonella Estévez. Siempre flanqueada por dos de sus amigas de “La ducha”, la productora Marianne Mayer-Beckh y la actriz Luz Croxatto.

Antonella: Partamos con la idea de hacer un corto con este nivel de limitaciones y al mismo tiempo, de posibilidades: un espacio cerrado, un plano secuencia, dos mujeres.
María José San Martín: La idea era jugar con lo que parece verdad, el baño es un estudio, las actrices no se conocían. El cine es súper mentiroso y hacerlo parecer verdad es entretenido como dirección. Lo otro, una historia de dos lesbianas, pero no una historia panfletera, sino algo de mayor evolución, que habla de otras cosas, donde no importara la sexualidad del personaje ni que estén desnudas.

A: Sobre la lógica de la desnudez ¿que fue más difícil el desnudo físico o el nivel de fragilidad?
Luz Croxatto: La Pepa quería que todo fuera mentira, que la incomodidad fuese lo real. Por eso eligió a dos actrices heterosexuales y además “cartuchas”. Nosotras lo sufrimos todo el rato, todo fue muy difícil en un plano que dura 8 minutos. Armamos la coreografía de la escena y tratamos de hacer que pareciera normal, pero nunca alcanzamos a entrar en confianza.
MJ: Nunca ensayamos el texto sino que nos íbamos a tomar un pisco sour para armar esta relación. Lo que sí hicimos es lograr que Seba Muñoz (Director de Arte y profesor de Cine UDD), tuviera el set unos días antes. Ahí recién me di cuenta de que podía ser un plano secuencia. Al otro día apareció Inti Briones, le conté y me dijo “vamos”. Fue armar una relación para yo poder filmar su término.

A: Teniendo en tu equipo a un elenco estrella, a Inti Briones (Fotografía), Sebastián Muñoz (Arte) y Alicia Scherson (co-guionista), ¿cómo permitiste que eso fuera tuyo?
MJ: He hecho muchas películas con ellos, cuando postulé al Corfo buscaba un fondo, no para mí, sino para trabajar con un grupo de amigos. Hace años Sebastián me invitó a ser su asistente de arte cuando yo estaba en Curicó actuando. Entonces, trabajar con esa confianza es un privilegio. No es fácil para una Asistente de Dirección sin estudios de cine decirle a la productora “tengo una idea”.

A: ¿Qué aprendiste de la Asistencia de Dirección bajo las órdenes de directores tan distintos, como José Luis Torres Leiva, Andrés Wood o Alicia Scherson?
MJ: Me encanta. Muchos creen que ahora la voy a dejar, pero no. Me gusta eso de no cuestionar el guión. Hay un minuto en que tu pega es hacer esa película que quiere el director y que el equipo lo pase increíble. Hay que encontrar una atmosfera para que eso se desarrolle. Cambiar de roles dentro del rodaje te cambia la perspectiva. Es como viajar.

A: ¿Cómo se crea ese ambiente?
Marianne Mayer-Beckh: Trabajar con la Pepa es delicioso. Todo el mundo está riéndose. Lo típico es que un director, cuando consigue los fondos, se convierte en un dictador. A la Pepa la puedes tener en el peor equipo de trabajo y en tres horas lo tiene compuesto.
MJ: Cuando desvaloras la pega del eléctrico, del productor ejecutivo o de cualquier miembro de tu equipo, te provoca un ruido. Tú tienes que confiar. O te entregas o no lo haces. La confianza y el respeto por el otro permiten trabajar para que el grupo que formaste interprete una historia.

A: ¿Cómo un corto que se hace entre amigos llega a un festival clase A?
M: Cuando teníamos la idea, creamos una estrategia de festivales. Cuando nos enfrentamos por primera vez al corto terminado nos dimos cuenta que tenía el potencial para llevarlo un paso más adelante. Nos ayudó haberlo terminado en agosto y gracias a José Luis Torres Leiva, lo mandamos a Berlín.
MJ: Nunca había dimensionado el mercado del cortometraje que existe. En Chile es habitual que se tome como un ejercicio o un trabajo para mostrarse como director. En Europa nunca nadie te pregunta cuándo viene tu largo. Hay un publico para cortos, por eso directores consagrados como Park Chan-Wook siguen haciendo cortos, como género. Siempre habían 600 personas por función. A los niños les dan más mesada para que vayan al cine en esa fecha.

Marco Díaz: ¿Por qué plano secuencia y por qué en un baño?
MJ: Porque en el tiempo real los silencios hablan mucho y esa incomodidad de las actrices me interesaba. Los cortes en esta historia me saturaban, pensaba “para qué le voy a echar más azúcar si ya está dulce”. Cuando uno corta, quiere acercarse, marcar algo, yo en cambio, aquí quería una historia de dos personajes, y si hacía cortes eso me obligaba a tomar partido. El tema central es la separación y el recurso para mostrar su historia fue a través de los objetos. Los baños hablan mucho de las personas.

Enrique (estudiante): ¿Cuál fue la idea base del corto?
MJ: En mi círculo empezaron muchas separaciones. Darme cuenta de la diferencia con las que teníamos a los 20 años fue muy decidor. Al ir creciendo las decisiones de separarse no se tratan siempre de desamor, hay cosas externas que influyen. La verdad en las películas es muy importante, no puedo contar algo que no veo.

*Al final de la charla se sorteó un box del programa “Historias del Cine Chileno”, situación que se repetirá la próxima semana cuando recibamos a Dominga Sotomayor, joven autora de la cinta “De jueves a domingo”, premiada en el espacio para proyectos en desarrollo del último BAFICI. La cita es el martes 31 de mayo a las 11:30 horas en la sala 403 de la Sede San Carlos de Apoquindo de la Universidad del Desarrollo (Av. Plaza 700, Las Condes).