El periodista de Chilevisión compartió su experiencia profesional y de vida con los alumnos.
Pese a que actualmente es un exitoso profesional -panelista del programa Tolerancia Cero y conductor del noticiario Última Mirada en Chilevisión, conductor de radio ADN Chile y columnista de la revista Mujer, del diario La Tercera-, Matías del Río reconoció que el camino para llegar a eso no ha sido fácil.
Destacó la importancia del emprendimiento a nivel profesional y personal. “Soy disléxico, tengo déficit atencional y nunca fui un alumno destacado en el colegio. Sin embargo, me siento un emprendedor y un hombre exitoso porque, pese a las dificultades, he alcanzado mis metas y me levanto todos los días feliz de hacer lo que me gusta”.
Agregó que el emprendimiento no es una acción colectiva, sino un asunto de actitud. “Requiere de mucho esfuerzo, persistencia, humildad y voluntad de seguir adelante porque tendemos a hacerle el quite a las cosas difíciles”.
Respecto a la ética periodística, aclaró que cree más en la ética de la vida. “Es sentido común. Probablemente varios de mis colegas no van a estar de acuerdo conmigo, pero siempre he pensado que lo que dice una persona durante una entrevista, sigue siendo suyo hasta el final. No soy partidario de publicar un material si puede hacer daño a alguien, por más rating que se obtenga”.
En cuanto al rol de los medios de comunicación, señaló que éstos deben ser responsables en el manejo de la información porque llegan a mucha gente. “Como periodistas y comunicadores tenemos una gran responsabilidad frente a la sociedad, pues a través de nuestro trabajo influimos querámoslo o no en su forma de pensar”.
De todos los medios de comunicación, destacó a la prensa escrita como la más influyente, porque el nivel de detalle con el que son tratados los temas logra penetrar en la pauta del resto de los medios. “La TV en cambio tiene poca profundidad, pero un nivel de masividad tremendo y la radio está en un nivel intermedio, pues además de profundidad tiene mucho alcance”.
Finalmente, llamó a los alumnos a ser perseverantes y a aceptar que el fracaso es parte de la vida. “No hagan caso a sus limitaciones y preocúpense de desarrollar sus cualidades. Tampoco se fíen de la suerte, porque lo que importa es trabajar incesantemente para lograr lo que queremos”.