Por estos días el cineasta Alejandro Fernández está preparando sus maletas. Su próxima película, Matar a un hombre, fue escogida para participar en el Atelier, encuentro de coproducción organizado por el prestigioso taller de la Cinéfondation del Festival de Cannes y que selecciona sólo 15 proyectos de todo el mundo.

“Esperamos encontrar ahí los socios que nos faltan para asegurarnos que la película tenga un buen posicionamiento internacional”, advierte el también director de Huacho (2009), Sentados frente al fuego (2011) y ganador del premio Sundance/NHK por el mejor guión, ganador del Groupama Gan pour le Cinema por mejor guión de ópera prima.

Matar a un hombre relata la historia de Jorge, quien es asaltado por un delincuente del barrio y decide tomar justicia por sus propias manos pero termina en una cadena de agresiones que lo hará entender que el fin del problema fue el inicio de otro. Como todas sus cintas, también fue escrita por él.

Periodista de profesión (ejerció antes de estudiar en la New School University de NYC y en la School of Visual Arts), Fernández se refiere a los elementos de su formación que han sido relevantes en tus autorías cinematográficas, justo cuando la Facultad de Comunicaciones estrena su Plan de Comunicación Integrado para Cine, Periodismo y Publicidad.

“El periodismo me ha ayudado mucho en cuanto a descubrir el valor de la investigación en la construcción de una historia de ficción. No sólo es importante tener imaginación para poder articular una buena historia, sino que muchas veces es más importante tener una buena capacidad de observación, una curiosidad que haga descubrir los motivos ocultos. El periodismo me dio herramientas para investigar, entrevistar, descubrir, entender y explicar procesos”.

-También la escritura imagino.

-Claro. En Periodismo pude aprender a escribir y a redactar correctamente, con cuidado y coherencia, y algo muy importante -porque creo que refleja el grado de educación de quien escribe- sin faltas de ortografía. Muchas veces se cree que el cine es netamente visual, y eso no es así. Hay muchísimas etapas que dependen de la escritura y no sólo el guión, sino también la postulación a fondos, la escritura de un tratamiento o sinopsis, la motivación del director, etc. Son todas etapas que para su éxito requieren tener una buena redacción, clara, escrita en un estilo que permita vislumbrar un autor o personalidad detrás.

-¿Cuál es el sello que le darás al ramo Especialidad en Dirección?

-Es una clase muy práctica, en la que se realizan una serie de ejercicios que buscan cubrir los distintos elementos que constituyen la puesta en escenas, desde estilos de actuación hasta los encuadres y los movimientos de cámara, desde estrategias narrativas a desarrollo de personajes. Trato de que cada ejercicio sea una pieza audiovisual de calidad en sí misma.

-¿Cuál es la exigencia para los alumnos?

-Me gusta desafiarlos a desarrollar mejores historias y contarlas de una manera económica y precisa, pensando en las reales capacidades de producción. Me interesa exigir a los alumnos, pero siempre desde una perspectiva en la que no se pase a llevar su individualidad en pos de un gusto determinado. Cada alumno es distinto y para mí es muy importante alimentarme de sus visiones de mundo, ideas e inquietudes. El tener más experiencia en el ámbito de la realización no creo que me autorice a pensar que mi punto de vista es más válido, así que siempre me siento estimulado cuando tengo que tratar de convencer a alguno de ellos de mejorar sus trabajos y me veo obligado a argumentar mi opinión y dialogar.

-¿Cuándo se estrenará en salas Sentados Frente al Fuego?

-Estamos recorriendo muchos festivales actualmente. Acaba demostrarse en el BAFICI en Buenos Aires y en Utrech, en Holanda, y de ahí sigue en San Francisco, JeonJu en Corea, Vancouver, Bolivia, Lima y Munich. Esperamos poder estrenar en Chile en el segundo semestre y la película ya tiene fecha de salida en Francia, en el verano. Son varios los viajes que nos esperan, pero por suerte hemos podido organizarnos con los alumnos para recuperar o adelantar clases, de tal forma de no afectar el desarrollo de las actividades planificadas para el semestre.