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Ignacio Arnold reveló cómo logró financiar Santiago en 100 Palabras

El director de la productora Plagio, también creadora de Nanometrajes Urbanos, dictó una charla en la clase de Liderazgo de Felipe Herreros en Cine UDD.

Ignacio Arnold es sociólogo de la Universidad Católica, sin embargo su carrera profesional está ligada a la sociedad de otra forma. Productor de series como «Huaiquiman y Tolosa» y «La Ofis», Arnold es, junto a la poeta Carmen García y a la diseñadora Sylvia Dümmer, uno de los fundadores de Plagio.

A través de esta  empresa cultural, que él denomina “productora creativa”, impulsó el concurso «Santiago en 100 palabras«, hoy por hoy la convocatoria literaria más masiva del país, también la revista Plagio y el concurso anual de videos breves «Nanometrajes«.

“Cuando fundamos Plagio en el año 2000, éramos 3 personas y el contexto del país era de poca música, poco cine, y casi nada de internet. Hoy somos 10 personas y lo mejor es que sentimos que hacemos un aporte”, contó sobre una empresa con 10 años de vida.

Para Arnold el secreto del éxito estuvo en “no poner todos los huevos en la misma canasta”: “No pensábamos en dedicarnos a esto y como cada uno quería hacer su carrera aparte también no tuvimos roces importantes. Si hubiésemos querido vivir de Plagio no habría resultado”.

Con poco más de 20 años, lo primero que hicieron fue la revista Plagio que la financiaban con fiestas “en las que también perdíamos plata”, recordó.

-¿Cómo nació Santiago en 100 palabras?
-Queríamos hacer el concurso para nuestra revista y fuimos a pedir financiamiento al Metro. No tenía plata en el Metro, pero sí nos ofrecieron espacios. Como eran reducidos decidimos hacer el concurso en 100 palabras. Luego enviamos un fax a empresas como Coca-Cola y Entel.  Al otro día me llamaron de Enersis al teléfono de mi casa y un día después de Minera Escondida.

-¿Cómo resultó ese primer proyecto?
-Fue increíble. Teníamos un presupuesto de $ 2 millones para impresiones y para el jurado. Pero el proyecto fue tan grande que en el buzón habían más de 3 mil sobres. Eran cerros de cartas, nos sentíamos como Don Francisco tirando cartas. Ahí Santiago en 100 Palabras dejó de ser un tema para la revista y se convirtió en un proyecto por sí solo.

-¿Cuánto tiempo más siguieron dedicándose a otras cosas?
-En 2008 se convirtió en trabajo. Renunciamos a nuestros otros trabajos, nos abrimos al mercado y empezamos a hacer proyectos para otras empresas e instituciones: Ministerios, Imagen País. Actualmente hacemos proyectos para clientes.

-Existen diferentes tipos de liderazgos, el tuyo es desde arriba. ¿Cómo generas compromiso con tu equipo?
-Transmitiendo sentido, trasnochando cuando el cliente rechaza lo que nos parece bien. Eso genera desgaste, pesimismo. Pero te preguntas ¿por qué elegimos esta pega y ahí encuentras el sentido? Cuando nos resulta un proyecto salimos a comer y celebrar.
-¿Cuál es el  legado de plagio?

-Prefiero creer que no se ha escrito. Lo que nos ha motivado es la creación colectiva de gente común. Tener trabajos de 50 mil personas, muchas de ellas que nunca pensaron en escribir un cuento. Que esa creatividad pueda se vista por muchas personas, es un cierto legado.

*El 15 de septiembre Plagio regalará 100 mil libros en el GAM