Desde Providencia la calle Huelen parecía movilizada. De las ventanas de algunos departamentos asomaban banderas chilenas y bajo éstas, unas 80 personas conversaban en la calle, la vereda y el café de la esquina. Dos músicos afinaban sus violines. Algunos perros circulaban con confianza.

Raúl Ruiz llegó con dos horas de retraso a su propia despedida de este mundo (ver video). Su cuerpo llegó al aeropuerto desde Francia este jueves en la mañana. Ese tiempo sirvió para el reencuentro de cineastas, teatristas, productores, amigas y amigos que Ruiz unió en vida con sus obras y que ahora lo recordaban.

Amigos y colegas como Miguel Littin, Silvio Caiozzi, Andrés Wood, actores de sus cintas como Sergio Hernández y Luis Alarcón, de sus montajes como Ximena Rivas, Amparo Noguera y Héctor Morales. Agentes del cine y del teatro: Carmen Romero, Paulina Urrutia. Su esposa, Valeria Sarmiento. Cineastas y académicos de Cine UDD, como Marcela Said, Fernando Lavanderos y Raúl Camargo. Estudiantes también.

“Hace tiempo que no veía a mucha gente y yo creo que Raúl es el que llegó a juntarnos”, decía a un periodista Luis Alarcón, amigo y actor de Tres Tristes Tigres, “siempre nos juntábamos acá”.

Marcela Said lo dimensionaba como un día histórico. “Es la despedida del más grande de todos los cineasta chilenos”. Sergio Hernández recordaba sus películas. Ximena Rivas, dirigida por Ruiz tras su transplante, de cuánto bromeaba con tener “un hígado portugués”.

La carroza llegó al mediodía de un día gris, pero dos minutos después partía hacia la Iglesia Divina Providencia con el techo coloreado con pétalos de rosas. Una gran ovación fue el gesto final para el cineasta más prolífico y premiado del cine chileno. Sus funerales se realizarán este viernes en la tarde en una ceremonia privada.