El año pasado se despidió de Cine UDD como Guionista y Asistente de Dirección de la película de egreso “Anónimo”. Ahora cuenta cómo es trabajar en una serie de la envergadura de “12 días que estremecieron Chile”.
Camila Rodó es parte de la primera generación de cineastas de la UDD. No aparece en las fotos de la titulación, porque el 27 de abril, cuando sus compañeros recibían el diploma que acreditaba el final de su proceso de estudios, ella estaba trabajando en la filmación de un spot en la productora Fábula.
“Así es este trabajo”, decía el director de escuela Marcelo Ferrari. Y vaya que lo sabe Camila. Dedicada a la Asistencia de Dirección, el año pasado dividió su tiempo entre la película de egreso “Anónimo” –de la que también es guionista- y un capítulo de la serie “12 días que estremecieron Chile”, dirigida por Marcelo Ferrari. La primera aún tiene cuerda para rato en festivales en Chile y el extranjero, la segunda se emite por estos días en CHV con excelente acogida.
En las serie realizada por Buen Puerto e Invercine, que retrata hitos de los últimos 40 años desde la perspectiva de chilenos comunes y corrientes, Camila trabajó en el único evento que se recrea directamente: el caso degollados.
“Trabajar en ‘12 días…’ fue muy enriquecedor. Por una parte me ayudó enormemente a comprender aspectos del trabajo en ficción televisiva y por otra a conocer de manera mucho más potente la historia de José Manuel Parada”, cuenta Camila.
Aunque el trabajo de conectar al público con un hecho histórico, es del director y el guionista, la investigación de lo que se va a contar es tarea de todos. Por eso es que conoció a fondo la trágica historia de los profesores degollados por carabineros y se emocionó con las dramáticas recreaciones de los que sufrieron ese golpe.
En particular con la escena donde Roberto Parada (padre de José Manuel, interpretado por Edgardo Bruna) llora la muerte de su hijo en los camarines del teatro Ictus y con la escena donde Estela Ortiz (esposa de José Manuel, interpretada por Mariana Loyola) clama por el despertar de la sociedad ante tanta brutalidad en las puertas del Servicio Médico Legal.
“Los actores estaban tan comprometidos que en las escenas se sentía fuertemente lo que sucedía. Fueron capaces de conectarte directamente con la historia y sentir su peso, en medio de las luces y las personas que grababan”, recuerda, “a nivel sentimental es un trabajo muy potente, se entiende que aquello que está siendo grabado sucedió en algún momento de la historia. En ese sentido, creo que el rodaje del capítulo de los degollados fue impresionante”.