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«Nunca se sabía con qué cosa iba a salir Raúl Ruiz»

Chamila Rodríguez, actriz y una de las responsables de «La telenovela errante», película de Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento, estuvo en el Ciclo de Cine Chileno organizado por Cine UDD.

La película «La telenovela errante», obra póstuma de Raúl Ruiz, el director más descollaste de la historia del cine chileno, fue parte del Ciclo de Cine Chileno organizado por nuestra carrera de Cine UDD. Y una de las actrices favoritas de Ruiz, Chamila Rodríguez, estuvo para presentarla y contar sus secretos y los nuevos secretos en torno a la inconclusa cinematografía del cineasta.

En conversación con la profesora y periodista Antonella Estévez, y con los estudiantes de Cine  UDD, Chamila contó detalles de esta película, encontrada por la viuda y montajista de Ruiz, Valeria Sarmiento, quien se abocó a la tarea de editar varias horas de filmación que, en el estilo del cineasta, no tenían una linealidad clásica de relato; sumando un nuevo filme a sus más de 100 obras de teatro, 200 poemas, ensayos, películas de su autoría y también películas a pedido de familias.

“Raúl siempre estaba presentando proyectos y éste fue como armar un mosaico. Programadores del mundo, como los de Locarno, se enteraron de esta película que viene del pasado y de pronto estaba instalada con cintas recién hechas el año pasado», dijo Chamila.

-¿Cómo fueron esas presentaciones en Europa de esta película que a primera vista es muy local?

-Increíble. Ha sido doblada a varios idiomas y la han visto en China, Alemania, Suiza, y muchos otros países. Y en todos se ríen con esta comedia delirante. Porque «La telenovela errante» es una gran volada de Raúl Ruiz.

-¿Tenían alguna guía para armar todas estas escenas y darle una estructura?

-Valeria encontró en un armario en París parte del guión. Han pasado 28 años y claro, los actores no se acordaban tanto. Pancho Reyes, Lucho Alarcón, que tienen buena memoria, se confundían con otras películas que hicieron con Raúl Ruiz. Nunca se sabía con qué cosa iba a salir Raúl, podía cambiar el guión, era muy periférico, surrealista, impresionista, la memoria emotiva de Stanislavski no le interesaba. Nunca trabajé con un director que me haya dado tanta libertad artística. Día a día escribía escenas. En el mismo momento les pasaba los papeles a los actores. La copia eran 4 horas y Valeria la dejó en una hora quince.

-¿Cómo agarran un guión y se empoderan de la película?

-Tuvimos la suerte de que Valeria Sarmiento fue montajista de más de la mitad de las películas de Raúl. Lo conocía tanto que tomaba decisiones y nosotros confiábamos en ella. Hubo desacuerdos, pero ella lideró este proyecto.

-Incluso en las películas europeas de Raúl, se cuela Chile y este humor bizarro.

-Cuando uno está en el extranjero, se siente altiro al chileno porque tenemos un humor particular. Raúl lo capta y lo potencia cuando ve «Tres Tristes Tigres» en el teatro e invita a los actores a hacer la película. A Raúl le gustaba el doble sentido, esa cosa de no abrir la boca para hablar, no decir lo que quieres cuando hablas, algo muy ladino.

-Cuando tuve el honor de entrevistar a Ruiz en 2002, me impactó su gigantesca cultura: hablaba desde los celtas, hasta los incas, pasando por los piratas.

-Y terminaba en una receta de cocina. Siempre estaba leyendo, 3 libros a la vez. Doña Olga, su madre que era profesora, me contó que era sumamente culto desde niño. Iba a meterse a las salas de cine. También era conocedor del campo, de la elegancia de la provincia, como lo muestra en “Días de campo” y “La recta provincia”.

-Hay nuevos proyectos inconclusos de Ruiz ¿Puedes adelantarnos lo que viene en 2019?

-Viene una película que tiene más de 50 años guardada, es su primer largometraje de ficción. Estamos metidos en las patas de los caballos, está muy difícil armarla. Es un largometraje documental sobre esta película experimental, con Alarcón, con Delfina, en años de mucha efervescencia cultural. Es una película muy punk, filmada en Santiago, en el departamento de Huelén. Está muda, no le alcanzó la plata, esperaba que le estado de Chile le ayudara –en ese tiempo las películas se doblaban, el sonido directo es muy difícil-. La vio hace unos años y pidió que la viera gente sorda de nacimiento para saber lo que decían. Así lo hicimos y apareció el texto. No sé que decisión tomará Valeria, si las voces las harán los actores que hoy bordean los 80 años o actores jóvenes.