Geraldine Neary estuvo en el Ciclo de Cine UDD presentando “Sin Norte”, largometraje de Fernando Lavanderos.
Su carrera ha sido fulminante. Desde que hace dos años Geraldine Neary llegó a “Sin Norte”, película de Fernando Lavanderos que coprotagonizó con el actor Koke Santana, suma dos teleseries y dos nuevas películas, “Aquí no ha pasado nada” y “Mucha ex poco sex”, la próxima cinta de Che Sandoval.
A Cine UDD llegó para presentar justamente “Sin Norte”, cinta premiada en el Festival Internacional de Cine de Valdivia y que recientemente se llevó los galardones a mejor director, mejor fotografía y mejor película extranjera en el Festival Internacional de Cine de Gramado, Brasil.
En la sala 403, esta actriz de la Universidad Católica fue entrevistada por el periodista de la Facultad de Comunicaciones UDD, Rodrigo Alvarado, y conversó con los estudiantes sobre esta road movie que la tuvo viajando con una cámara como actriz y de alguna forma, como codirectora del filme.
-Entiendo que Fernando te vio en un video clip ¿Cómo fue el casting?
-Me vio porque vio el video en Facebook y me invitó al casting con Koke Santana. Fue interesante el proceso porque Fernando probó su dirección actoral con nosotros, basada en la improvisación y entregándole cierta información a cada uno. Yo sabía cosas que él no. Y al revés. A él le dijo que tenía que besarme y a mi no, fue sorpresivo y desafiante como actriz.
-En la película tu vas más adelante en cada locación, grabando tus propios videos. De alguna forma fuiste codirectora.
-Claro, no es lo típico, como aprender tus líneas y actuar. Tener una parte de la dirección y la cámara fue muy interesante. Yo me fui de viaje de verdad, tuve que darle contenido a mi viaje, sentir la soledad y saber que no volvería. Fui con Gonzalo Verdugo, quien hizo la cámara y la dirección de contenidos con un teléfono celular. Otro pie forzado es que había perdido un hijo, pero para mi lo había abortado. También me pidió obsesionarme con una virgen, así que estudié el tarot donde la virgen es la sacerdotisa. Fue como hacer un documental para después estar frente a la cámara de cine.
-Cómo fue el tema de casi no actuar con Koke. Y tampoco estar con el equipo de filmación, mientras pasaban cosas… accidentes, muertes, hasta un terremoto.
-Sí. Algunos personajes murieron cuando estábamos en el rodaje. Sentíamos que la muerte nos estaba persiguiendo, de hecho el primer día de rodaje Koke se dio vuelta en el jeep y se fisuró una costilla. Después cuando vimos el guión decía que tendría un accidente. La muerte en el tarot es el número 13 y éramos 13 en el equipo. Una de las personas que aparece en la película se quería inyectar silicona industrial y yo le dije que no. Después lo hizo sola en su casa y murió. Fue muy impresionante.
-Sobre el tema de dirección de actores ¿Cómo fue el proceso de estar en el personaje día a día, todo el tiempo?
-Me autodirigía mucho. Gonzalo me daba instrucciones, pero claro tenía que estar en el personaje todo el tiempo. Decía que me llamaba Isabel y la gente que conocía pensaba eso.
-Los personajes que aparecían en el camino, ¿alguno era actor?
-Ninguno. Decían lo que querían pero algunos recibían alguna instrucción, como preguntarme adónde iba. Igual me metí en problemas. Conocí a unos jóvenes de los que me estaba haciendo amiga, le conté que me llamaba Isabel y me invitaron a quedarme con ellos. Antes de irme le tuve que decir que era actriz, que estaba haciendo una película. Se enojaron mucho.
-¿Cómo es la formación en las escuelas de teatro respecto al cine, hoy en día, un lugar muy probable en la carrera de un actor?
-Por lo menos en mi escuela te enseñan muchas formas de actuar, te enseñan las corrientes, pero lo mejor es que te enseñas a usar tu cuerpo, a no ser moldeable, a estar disponible y ponerte en juego. Haciendo eso mejor funciona la actuación. Ésta fue mi primera experiencia de no tener texto aprendido y ha improvisar. Luego hice “Aquí no ha pasado nada”, y he ido entendiendo que el guión es un esqueleto, no hay que respetar los textos íntegramente.