Dominga Sotomayor, Yeniffer Fasciani y Catalina Donoso hablaron de sus modelos de coproducción con países como Holanda, Japón y Argentina.
Un interesante conversatorio sobre Coproducción Internacional en el CoWork del Edificio de Innovación, inauguró ayer Proyecta Cine UDD, instancia creada al interior de nuestra carrera para apoyar a los cineastas jóvenes en la industria audiovisual.
Y fueron tres mujeres las que dieron vida a esta primera actividad: Dominga Sotomayor, Yeniffer Fasciani y Catalina Donoso, quienes conversaron con el director de Cine UDD, Marcelo Ferrari y 40 cineastas y estudiantes de la carrera y también de otras universidades, sobre sus modelos de coproducción.
Yeniffer Fasciani (“Joaquín”, “Humanoide no robot”) habló de su coproducción con Japón y sus complejidades culturales. “Ellos se sorprenden que a la hora de almuerzo nos sentemos a comer o que estuviéramos preocupados de descansar. Hay un periodo de adaptación que hay que tener en cuenta a la hora de coproducir”, comenzó explicando.
Catalina Donoso, productora de “El vals de los inútiles”, habló sobre las ventajas que desde la producción facilitan los proyectos con otros países, pero reparó en el conocimiento que hay que tener sobre la industria en otros países.
“Hay que elegir a alguien que te dé confianza, conociendo la capacidad de esa persona de moverse en la burocracia de su país”, indicó la productora, quien está detrás de “Al desierto”, una coproducción con Argentina.
Por su parte la directora Dominga Sotomayor, habló del modelo que usan en su productora Cineastación, la que se particulariza por no tener productores (2 directores y una montajista), lo que la hace estar muy encima de la producción de sus películas: “De jueves a domingo” con Holanda y “Mar” con Argentina.
“‘Mar’ comenzó cuando estaba mostrando ‘De jueves a domingo’ en Francia. Se me acercó un actor argentino y me dijo que le había gustado. Fue una coproducción oficial, pero en realidad se consiguieron una casa en la playa y nosotros llevamos los equipos. No teníamos guión, costó 2 mil euros. Mi experiencia, más allá del mito de los financiamientos, nace de una naturaleza mucho más humana”, explicó.
Asimismo agregó que la idea de coproducir está sobrevalorada. “Cuando uno tiene una coproducción con Francia, es un productor francés que va a postular a un fondo y necesita tu película latinoamericana tanto como tu lo necesitas a él. Si ganas un fondo en Francia por 50 millones y tienes que gastar la mitad allá en una post que cuesta 5 veces más cara, no sé si te convenga hacerlo. No siempre es necesario coproducir”, concluyó.