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Francina Carbonell: “Sentimos el peso de nunca estar a la altura del dolor del otro”

El 8 de diciembre de 2010, 81 personas privadas de libertad fallecieron en el incendio de la Cárcel de San Miguel. La responsabilidad de Gendarmería en la falta de ayuda a las víctimas y una cobertura mediática sensacionalista, le dieron un marco deshumanizado la peor tragedia penitenciaria del país

La joven cineasta Francina Carbonell reconstruye parte de esta historia en “El cielo está rojo”, documental que acumula premios en festivales de Francia, México (Mejor Largometraje Iberoamericano Documental, Festival Internacional de Guadalajara) y Argentina, además de ser elegida como mejor película (largometraje nacional) en FIDOCS y en Antofacine.

El documental, que cuenta con acceso total a los archivos de la carpeta judicial y que la directora reutiliza para poner en tensión su calidad de evidencia, fue visionado en el Ciclo “Cine en tu carrera” y conversó con las profesoras Alejandra Carmona y Galia Bogolaski.

-¿Por qué elegiste este tema para el documental?

-Recuerdo cuando ocurrió y esas imágenes infernales que no lograba comprender. 
Una cobertura que traspasó muchos límites éticos y después de tres días nada. A un grupo de compañeros les propuse trabajar en esto, solo tenía en mi mente una imagen de una cámara de seguridad. No teníamos idea que existía estos archivos, nos acercamos a las víctimas de sobrevivientes. Hice esta película para tratar de entender algo incomprensible.

-¿Cómo partió el proceso?

-Partimos haciendo un poco el relato de las trabas del poder judicial. Pero a medida que teníamos relación con los familiares, entendimos su política de hacerse cargo del dolor en forma colectiva. Es lo que no hicieron los medios de comunicación, hacerse cargo de un dolor inmenso. 

-¿Cómo llegaron al material?

Por dos años tuvimos el relato de las familias sobre estas imágenes. Hicimos la petición a través del Ministerio Público, nos dijeron que no y me pareció bien porque debe ser resguardado un material tan duro, del que usamos un 6% y lo menos crudo. También queríamos el material porque la familia necesitaba el material para reabrir la causa. Tardamos 2 años en lograr que nos los entregaran.

-¿Cómo fue el proceso de montaje con tanto material?

-Fue durísimo. Empezamos el proyecto estando en la universidad. Siento que lo pudimos hacer por nuestra ingenuidad, pudimos sopesar ese monstruo de la muerte. Abrir la carpeta judicial fue una caja de pandora, muy espantoso, nos sobrepasó y estuvimos ensombrecidos, sentíamos el peso de nunca poder estar a la altura del dolor del otro.