Cuando estábamos en el aeropuerto de Santiago, me tomé el tiempo de conversar con mis compañeros y preguntarles qué sentían antes de partir el viaje. Nicolás me comentó que estaba emocionado, Álvaro estaba nervioso porque teníamos que tener una pauta de preguntas preparada, Fran estaba muy ansiosa, a través de sus ojos irradiaba la felicidad de formar parte del equipo del viaje, Gabriel esperaba que fuera una experiencia enriquecedora para todos, Matías se sentía con nerviosismo, pero con una sonrisa relataba que estaba agradecido de la experiencia que venía, Fernanda estaba ansiosa pero contenta por partir todo y la profesora Myriam, estaba confiada en el grupo de estudiantes que iba.

Conversar con ellos antes y tener registro de eso, me permitió analizar durante los días siguientes nuestro desempeño en este desafío. Creo hablar por todos mis compañeros al decir que es difícil de creer que esta experiencia está por terminar. Una parte de nuestro recorrido académico está llegando a su fin; la parte dura, cruda, difícil, pero aquella que nos llena de aprendizajes y alegrías.

Este viaje nos hizo crecer, nos cambió, nos ayudó a desarrollar habilidades de trabajo en equipo, a tener la capacidad de adaptarnos a situaciones que no esperamos, a aprender de nuestros errores y reconocer cuando nos equivocamos. 

Cuando hablé con ellos, la felicidad la transmitían a través de sus ojos y sus voces. La pasión por el periodismo la llevaban consigo rumbo a Estados Unido. Realizar este viaje académico y vivir tantas experiencias enriquecedoras, nos llena de alegrías y nos mantendrá con recuerdos para siempre, tanto en nuestra vida como en nuestro desarrollo profesional.

Viajamos siendo un grupo de estudiantes que se conocía en ámbitos académicos, estudiantes de periodismo con ansias de conocer el mundo y vivir nuevas experiencias. Volvemos siendo periodistas, que estuvieron en terreno, que hicieron lo posible porque las cosas resultaran, que aprendieron de otros y mantuvieron la cabeza en alto a pesar de la tempestad. Pero además de eso, tenemos conciencia de los problemas que existen en el mundo, tenemos una mentalidad diferente, somos más humanos y más cercanos con las personas.

Volvemos con la convicción de cumplir correctamente los desafíos que nos propusimos y conscientes del proceso que se viene ahora, porque tenemos una misión y un rol con nuestra sociedad. Es hora de preparar y mostrar el trabajo que tenemos pensado para nuestra comunidad. Es hora de pasar al siguiente nivel del viaje, el desafío de elaborar un producto de calidad.

Escribo desde el aeropuerto de Miami con la certeza de que el viaje se termina, pero comienza un trayecto para cada uno de los que representamos a Periodismo UDD en esta aventura. Antes de emprender este viaje, estábamos emocionados, nerviosos pero confiados de la experiencia que vendría; ahora, somos más humanos, más profesionales y más conscientes de nuestro trabajo, el periodismo.

Por Sofía Runín.