Hace unos días terminó el rodaje de la “Las mujeres de mi casa”. El largometraje de egreso de Cine UDD es dirigido por Valentina Reyes, quien habla de los próximos pasos de su filme.

Hace unos días un grupo de estudiantes de 5to año de Cine UDD pintaba de blanco las paredes de una antigua casa en Ñuñoa. El equipo detrás del largometraje de egreso de Cine UDD 2019,  devolvía su apariencia a un lugar intervenido con nuevos colores, decoración y algo de suciedad, para imprimirle, por un mes de rodaje, una historia propia y alejada de una común casa en arriendo.

Esa ficción se llama «Las mujeres de mi casa» y habla de una familia compuesta por tres generaciones de mujeres que conviven con sus distintos procesos y etapas de vida en una antigua casa. Leonor (19) debe decidir su futuro, Mónica (50) desea cambiar su rutinaria vida, y Emilia (78) debe enfrentarse al Alzheimer, provocando que esta familia se transforme, se disuelva y se una, en torno a un mismo espacio y tiempo que se ve reflejado en una casa que inexorablemente será vendida.

Pero esta historia viene de la realidad, particularmente de la biografía familiar de Valentina Reyes, directora de la cinta. “Al principio era muy mi historia con mis abuelos”, advierte Valentina, quien intervino el guión original que presentó a la carrera el año pasado, una narrativa que le provocaba tristeza. “En los pitch me quebraba, ahora no me afecta tanto la historia”, explica.

Lo que no se cambió es que la casa debía estar en Ñuñoa. Se trata de un barrio residencial y con historia que al igual que en la ficción, está desapareciendo a punta de demoliciones y edificios nuevos. Y al mismo tiempo es la comuna donde Valentina pasó gran parte de su vida.

“Esta historia la empecé a escribir cuando mis abuelos fueron llevados a una casa de reposo. Me afectó mucho una venta de garaje que hizo mi mamá, ver las cosas que mi abuela apreciaba tanto eran llevadas por desconocidos. Luego, ver la casa vacía, sin esos recuerdos y sin mis abuelos, que tampoco tenían recuerdos por el Alzheimer, fue algo muy impactante”, cuenta.

Sin embargo, a estas alturas la cinta tiene vida propia. Después de 24 jornadas de rodaje, el material está siendo editado por la directora y el montajista de la cinta, Francisco Bilbao. “Hicimos sólo una jornada de retoma, porque después tuvimos que pintar la casa. Así que tenemos lo que tenemos”, explica Valentina.

-¿Qué fue lo más difícil del rodaje?

-“Lo más complejo fue el tiempo. Es una película con una alta carga dramática, son muchos temas que empiezan a disolver a esta familia: peleas, el Alzheimer de Emilia, tomas difíciles que se repetían y que mientras más las hacíamos más mejoraban. Por otro lado el hecho de filmar en una sola locación hizo que funcionáramos como una familia, con los roles claros y sin muchos problemas”, comenta.

-¿Cómo fue la elección de las actrices?

-El casting fue bastante fluido. Al equipo les interesaba trabajar con Grimanesa Jiménez (Emilia) y Trinidad González (Mónica), quienes aceptaron. Dar con Berni Nassar (Leonor) fue un poco más difícil. Fueron más de 15 casting hasta llegar a ella.

-¿Cuál es el “para qué” de esta película?

-Quería hablar del tiempo, los espacios y la memoria, como todo se va disolviendo y deshabitando para iniciar un nuevo ciclo. También para hablar de estos tiempos, en que todo es muy rápido, y donde la familia sigue ahí, aunque a los jóvenes nos cueste darnos cuenta.

EQUIPO

Dirección: Valentina Reyes
Asistencia de Dirección : Noam Gottlieb
Segundo Asistente de Dirección: Diego Marcone
Continuidad: Pedro San Martín

Producción Ejecutiva: Consuelo Gonzalez
Jefatura de Producción: Jorge Molina
Producción de Arte: Catalina Figueroa
Producción Técnica : Benjamin Condell

Dirección de Fotografía: Felipe Peña
Foquista: Nicolás Garrido

Dirección de Arte: Fernanda Gallardo
Vestuarista: Stephanie Campbell
Ambientación: David Gallegos

Dirección de Sonido: Matías Ruedlinger
Sonido Directo: Daniel Barra

Montaje y Post Producción: Francisco Bilbao