Una excelente recepción obtuvo la última película de Matías Bize, quien conversó con los asistentes y agradeció la posibilidad de hacer este prestreno en la UDD.

Ayer en el ciclo de Cine UDD se exhibió La memoria del agua, película protagonizada por Benjamín Vicuña (Javier) y la española Elena Anaya (Amanda), y que narra la crisis de una pareja tras la pérdida de su pequeño hijo. La respuesta fue un aplauso cerrado.

“Agradezco especialmente esta oportunidad de compartir un prestreno en la UDD. Se está dando algo especial con esta película, las personas salen conmovidas, y aquí también se dio”, dijo el director de la cinta Matías Bize una vez terminada la película.

El director de Cine UDD, Marcelo Ferrari, fue el encargado de iniciar la charla con el joven cineasta, quien llegó a Cine UDD con Hernán Viviano, profesor de Cine UDD y gerente de Fox, distribuidor del filme.

MF: El tono de la película es muy fino. Se ve en el uso de la palabra, los silencio y el arte. Es un tono muy humano, que se queda en la retina y en el corazón.

MB: Independiente de la crítica, los premios y el ego, lo más bonito es lograr la conexión. Hicimos una exhibición en la Fundación Renacer, para padres en duelo, y se identificaban con las sutilezas de la película. La historia de Javier y Amanda, sobre todo por sus procesos más allá de la pérdida, termina siendo la historia del espectador.

MF: Hernán, ¿por qué Fox decidió apoyar una película chilena de estas características?

HV: Desde su segunda película queríamos trabajar con él. Es uno de los directores más sensibles, tanto que no parece que tuviera la edad que tiene. Es muy cuidadoso con los detalles y es muy abierto para trabajar. Matias es el presente del cine nacional.

Alumna: ¿Cuál fue el desafío más grande de la película y a qué miedos te enfrentaste?

MB: Si agarras un libro de psiquiatría y revisas los miedos, verás que los tengo todos. Es mi quinta película, sé que la voy a terminar, pero igual me da miedo. Dirigir a Elena me aterraba, pero por eso siempre me preparo muchísimo, trabajando por 3 años en el guión, para que la conmoviera. Luego hago un guión técnico muy detallado, filmo muchísimo y exijo harto a los actores también. En La vida de los peces hice 59 tomas de una escena. Se trata de entender que tu película va a quedar para siempre.