Hoy el día empezó a las 9:45, subimos al bus y salimos a reportear. Fue un día de mucho reporteo, y también mucha lluvia, pero a pesar de eso, había personas con parkas y otras en polera, shorts y paraguas.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención de este viaje, es la libertad de expresión que existe acá, en cuanto a vestimenta y looks. En Chile mientras más extravagante sea tu peinado, o de más colores vistas, eres peor mirado. En cambio acá, hasta los futbolistas chilenos, con sus cortes extravagantes y vestimentas “exclusivas”, serían catalogados como “fashion”, cosa que es un gran mérito.

Luego de terminar las entrevistas, nos vinimos al hotel, y desde las 17:00 hrs. estuvimos transcribiendo entrevistas. A mí me tocó la de un chileno que parecía haber olvidado todo lo lindo de nuestro país, con decir que hasta la comida (que es lo que más extraño) la catalogó como pobre.

Algo que caracteriza al latino y al chileno es que si te ven en aprietos y te pueden ayudar, lo van a hacer, cosa que vi reflejado en el grupo. Cuando algunas niñas entrevistaban desde el hotel, los compañeros más grandes, iban y preocupadamente les ayudaban, cosa que me cambió toda la perspectiva de las pestes que escuchaba sobre mi país.

La buena disposición del chileno para ayudar en momentos de apuros, es algo que a mi parecer es más importante que el desarrollo económico del país. El ser humano es lo más importante, así como también lo es nunca olvidar las raíces.

Por Felipe González

Periodismo UDD