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«La gente tiene ganas de hablar de política y educación nuevamente»

Edison Cajas, director del documental el vals de los inútiles, anticipa el arribo de su filme al Ciclo de Cine Chileno UDD el próximo martes.

El martes 17 de junio concluye el Ciclo de Cine Chileno de la UDD con la exhibición de El vals de los inútiles, de Edison Cajas, filme que obtuvo Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Valdivia y ha recorrido diversos festivales de categoría mundial.

La cinta relata dos historias paralelas narra el movimiento estudiantil en Chile. Un adolescente inmerso en el clima político de su colegio y un ex-preso de la dictadura de Pinochet encontrarán en la movilización social el sentido de su propia historia.

Luego Edison Cajas responderá as preguntas de Antonella Estévez y de los asistentes, pero antes nos anticipa algunas impresiones sobre la película que cierra el Ciclo de Cine Chileno UDD.

-Entiendo que empezaste a registrar el movimiento sin el plan de hacer película ¿En qué momento te diste cuenta que tenías un documental?

-Cuando escuché por primera vez el relato de Miguel Ángel, que es el profesor de tenis que protagoniza el documental, me di cuenta que mi mirada estaba desenfocada, pues estaba mirando sólo la superficie del movimiento. Percibí que el asunto de los estudiantes tenía sus raíces mucho más allá de la coyuntura política de 2011 y que ese era precisamente el tema del documental. Cuando te haces la pregunta de por qué un hombre de 60 años corre reclamando educación pública para su país puedes percibir la huella invisible de la dictadura en todos nosotros y comienza a aparecer el relato de esa generación superpuesta en la de los adolescentes actuales. Cuando eso estuvo más o menos claro sentí que el documental tenía sentido narrativo y un motivo por el cual debía ser realizado.

-¿Cuáles fueron los desafíos de producción para lograrlo?

-Yo te diría que casi los mismos de cualquier documentalista en Chile. No teníamos plata cuando comenzamos a grabar las movilizaciones y fuimos armando el equipo a medida que el proceso continuaba. Tuvimos que improvisar mucho al principio pues no podíamos parar de grabar, las tomas de colegios se iban sumando y las 1800 horas por la educación ya habían comenzado. La elección del equipo fue fundamental para lograr organizarnos y luego conseguir los fondos para hacer la película. Después, hay un trabajo metódico de producción a nivel de logística y rodaje. Teníamos que hacer la película sí o sí antes que se bajara la toma del Instituto Nacional y durante las 1800 horas por la Educación y eso nos ponía una serie de obstáculos que en cualquier otro rodaje son más controlados. Entonces todo el equipo tuvo que ponerse al servicio del movimiento estudiantil, acomodándonos y siendo flexibles en todo sentido.

-Así como en la cinta se presenta la posta entre dos generaciones posiblemente desconectadas entre sí, cómo te planteas el lugar de tu cine en relación a La batalla de Chile, que sería el correlato de la generación de Miguel Ángel.

-Crecí viendo La Batalla de Chile. Es una biblia y el paradigma para cualquiera que quiera hacer un documental de un hito histórico. Yo la tuve bien en mente al momento de grabar, sobre todo en las escenas de calle y asambleas, pero luego creo que en El vals hay otras decisiones que la hacen tomar un camino distinto. Por supuesto que Miguel Ángel tiene todo que ver con esa «batalla» que dio esa generación y traté de incorporar su relato porque de esa manera el documental se tornaba más denso y lleno de capas. No era mi intención hacer un documental que diera cuenta de todo el movimiento estudiantil porque es imposible construir un relato como ese. Creo que ahí me distancio completamente de La Batalla de Chile que es, sin duda, uno de los documentos históricos más importantes de la Unidad Popular. Pero luego, creo que hay encuentros y líneas que se cruzan como la obsesión por la memoria y el hecho de intentar retratar una época a través de la cámara, a través de los diálogos, de las acciones de las personas que van apareciendo durante el documental. Ahí obviamente hay un homenaje a Patricio Guzmán y todo su cine.

-¿Qué reacciones te han llamado la atención en los diferentes festivales en que has presentado el filme?

-Me sigue llamando la atención la gente que logra llevarse el documental para la casa. Es decir, que sigue reflexionando un tiempo después de ver la película. He tenido la suerte de comentar y debatir mucho con los asistentes después de la función y es emocionante darse cuenta que la gente tiene ganas de hablar de política y educación nuevamente. Que se quiere dejar llevar por el relato, que le permiten a la película que los emocione y los haga pensar. Lo mejor que le puede pasar a una película es que abra un mundo para el espectador, que se conecte con sus ideas y que logre traspasar la aparente pasividad del que ve una película. Lo más difícil en los tiempos que corren es afectar al otro, de cualquier manera. Si nuestra película logra eso ya es un triunfo gigante.

Inscripciones a [email protected] o al +(56) 2 23279533

Coordenadas: Martes 17 de junio / 18:30 hrs. / Auditorio 114 del Campus San Carlos de Apoquindo (Av. Plaza 680, Las Condes).