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Nueva oportunidad del canal estatal

Columna de Marcelo Ferrari, director de Cine UDD, publicada en diario La Segunda.

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La Nueva Mayoría llegó al gobierno con un apoyo abrumador logrado gracias a un proyecto que pretende hacer transformaciones de fondo y que Chile pedía a gritos en las calles. La reforma tributaria, la educación pública y de calidad y el cambio constitucional apuntan a crear un país más equitativo. En ese contexto, asumir el rol público de TVN sería un gran paso para permitir el acceso de todos los chilenos a contenidos de calidad.

La oportunidad no es nueva. Con el retorno de la democracia, TVN sugirió un cambio en esa dirección. No solamente con la creación de contenidos 100% culturales-artísticos como los recordados Cine y Video, y el Show de los libros. También con producciones de alta calidad y valor cultural -en un sentido más amplio del término- como El mirador, Los patiperros y otros.

De eso no queda mucho. Fueron las mismas administraciones de la Concertación las que terminaron abandonando esos proyectos franjeados en horario prime, para competir económicamente con los demás canales privados, creando contenidos de bajo costo y alta rentabilidad (realities, programas de concursos, etc).

Ricardo Solari, presidente del directorio de TVN, tiene la palabra para llevar adelante esos cambios históricos y lo sabe. No esperar la televisión digital para utilizar una de las nuevas 8 señales como vertedero de programas culturales, sino para levantar una televisión realmente pública desde sus estatutos y financiamiento, capaz de crear contenidos plurales, participativos y exigentes que ayuden a la ciudadanía a tener nuevos conocimientos, a tomar mejores decisiones y a mejorar sus estándares de vida.

TVN debería ser el correlato de las profundas transformaciones que la Concertación está encabezando con el nuevo gobierno de Bachelet. Al igual que en la educación, Chile merece una televisión pública donde la calidad y el rating no son incompatibles, como lo demuestran día a día las cadenas cable como HBO y series de gran audiencia y enorme valor cinematográfico, como lo hizo el propio TVN con programas como “Cuentos Chilenos”.

Cuando uno visita lugares muy apartados de Chile, que son muchos, o cuando uno va a poblaciones muy marginales, la gente sólo accede a la tele como un medio de entretención y visión del mundo, porque no hay otros recursos. Pero los televisores están ahí, en los lugares más recónditos y pobres de Chile, instalados en medio de las piezas, irrumpiendo en la realidad de miles de hombres, mujeres y niños.

Esas personas no acceden al teatro, al cine, no van a la ópera, no pueden comprar libros que amplíen su mente y despierten su imaginación, es decir, que alimenten su espíritu e intelecto. Esa es la tarea básica de la cultura, entendida como un bien social de amplio acceso y del cual todos podamos disfrutar. La televisión es la herramienta más sencilla y efectiva para entregar cultura, belleza, parajes y de sueños.

Si TVN opta por un canal cultural como señal aparte, no debe ser ese “vertedero” de programas, sino un canal con fuerza, con potente línea editorial y presupuesto que podría encaminarse a dejar su huella en la historia de transformaciones que recién comienzan.

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