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Los costos del «shutdown»: Millonarias pérdidas golpean a la capital estadounidense

Washington. Impacto en la población de Washington DC por demora de solución en medio de la crisis política. El país se encuentra dividido, mientras los más afectados pagan las consecuencias de un conflicto que no buscaron.

Paulina Contreras y Consuelo Cura

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Quinientas toneladas de basura no retiradas en la ciudad de Washington, 420 parques nacionales cerrados y más de US$1.600 millones en pérdidas son algunas de las consecuencias de la primera semana del apagón fiscal del gobierno federal de Estados Unidos, según información proporcionada por la Casa Blanca.

Desacuerdo político entre republicanos y demócratas que, si llegara a extenderse hasta mediados de mes, podrían empeorar cuando toque aprobar la elevación del techo de la deuda, lo que derivaría en un default de la nación más poderosa del mundo. Esto podría significar inestabilidad económica mundial, una baja en las inversiones internacionales dentro de suelo norteamericano e, incluso, llegar a una quiebra como la de Argentina en 2001. Así lo explicó Howard Schneider, periodista económico del Washington Post. “Esto podría ser una cosa realmente mala por el impacto económico que implicará”, manifestó.

Dentro de los ámbitos que se ven principalmente afectados por el shutdown se encuentran el turismo, tanto al interior como al exterior del país por el cierre de la oficina de pasaportes; los servicios, entre ellos los múltiples carros de comida que se encuentran en las calles de la capital estadounidense; y los beneficiados por las pensiones del Estado, como veteranos de guerra, adultos mayores y damnificados por el huracán Katrina, quienes han visto paralizada la reconstrucción de sus casas.

Si bien no es primera vez que el gigante norteamericano se encuentra en esta situación, ya que bajo la administración de Bill Clinton, el cierre del gobierno por 21 días significó para el país una deuda de US$ 1,4 mil millones, en esta oportunidad si se extiende por el mismo periodo representaría una baja en el PIB de 0,5 puntos en el cuarto trimestre del año 2013.

Temor que ya se ha contagiado entre los habitantes en Washington. “Es una crisis. Esta es la capital, viene gente de todo el mundo y del país, que no pueden entrar a museos y monumentos, con las pérdidas económicas que eso significa para la ciudad”, afirmó Ricardo Alfaro, desempleado de 57 años. Justamente, la Casa Blanca estimó en US$30 millones diarios las pérdidas por conceptos de turismo en toda la nación.

Alfaro, peruano y residente con sus papeles al día, agregó que el cierre del Gobierno Federal se debe a un “capricho” entre republicanos y demócratas, quienes “no ven que esto perjudica a la clase trabajadora y que lo más importante es el bienestar de la población del país antes que esta discusión política”.

La crisis por la que atraviesa el país tiene a la nación norteamericana divida entre incertidumbre e incredulidad. Según una encuesta realizada por CNN, un 51% de los estadounidenses culpa a los republicanos por el shutdown, lo que demuestra la polarización ideologica del país. “Los que votamos por Obama creemos en él y que sus decisiones son las correctas”, sentenció José Eduardo Santos, pastor cristiano de 54 años , quien a pesar de esto se mostró preocupado por la “crítica” situación de su país y las consecuencias económicas que podría traer.

Por su parte, el Presidente Barack Obama llamó a los republicanos a terminar con la crisis: “Aprobemos los presupuestos, terminemos con el cierre y evitemos la suspensión de pagos”, expresó el mandatario en una visita a la Agencia Federal de Emergencias. Además, el demócrata se mantuvo firme en su posición de no ceder ante el Congreso, señalando que sólo cuando se apruebe el presupuesto se conversarán otros temas.

Ante la incertidumbre del cuándo se llegará a una solución, algunas tiendas de Washington han solidarizado con los miles de empleados federales afectados, entregando diversas ofertas, promociones y hasta productos gratuitos para ellos. “Si la gente no tiene dinero, no saldrá de sus casas para ir a un pub o a un restaurante”, afirmó Jessica Morales, coordinadora de 27 años de Believe Foundation, quien evaluó como positiva la medida adoptada por el comercio minorista.

Mientras la tensión entre el gobierno y el Congreso continúa, los estadounidenses permanecen escépticos ante la posibilidad de que se logre un acuerdo en el corto plazo, por lo que se preparan para enfrentar culaquiera de los escenarios que se presenten, dentro de los cuales, una extensión del conflicto parece ser lo más probable.