Una clase bastante práctica sobre el origen técnico del cine y cómo todas las invenciones tecnológicas del séptimo arte tienen como modelo el ojo humano, tuvo hoy nuestra nueva generación de estudiantes.

La invención de la fotografía, el funcionamiento de la lente, los procesos de registro y las cantidades de fotogramas por segundo, fueron algunos de los temas que se trataron.

El profesor Roberto Baeza sacó luego los trípodes y las cámaras y fue paso por paso enseñándoles a los estudiantes a manipularlas con responsabilidad. De hecho fue un punto que extendió a todo el oficio del cine.

«Acá la responsabilidad y la puntualidad son intransables. Si llegan dos minutos tarde a una filmación están haciéndole perder dos minutos a cada uno de los miembros del equipo», les dijo.

Baeza ya había tenido bajo su tutela a varios de los estudiantes de 1er año, quienes realizaron el Taller Preuniversitario en antiguas ediciones. «Hay un buen grupo. Les dejé tarea, porque desde mañana la cosa es en serio», contó luego.

Para que lo recuerden, la tarea se trata de investigar todo sobre la permanencia retiniana -esa característica del ojo que posibilita las ilusiones ópticas- y no solo saber la definición.