Estudiante de quinto año, Valentina Guerra se prepara para enfrentar el último año de la carrera, marcado por la realización del largometraje de egreso y en el que asumirá la responsabilidad de ser camarógrafa. 

“Lo que más me gusta hacer es cámara, me siento más cómoda y además es un trabajo técnico que casi siempre hacen hombres”, advierte Valentina, quien quiere seguir la racha de mujeres camarógrafas iniciada por Clara Gatica en “La última frontera” (2018) y seguida por Francisca Huerta en “La impura materia de los cuerpos” (2020).

El largometraje, titulado “No nos vamos ni cagando” y dirigido por Taiyo Yamazaki, trata sobre una familia que vacaciona hace 25 años en la misma casa de Panguipulli y cuyo padre, al enterarse que la casa no volverá a arrendarse, cree ver el fin de su propia familia al tiempo que se desarrollan diferentes conflictos entre él y su joven hija.

Valentina advierte que ha tenido una buena experiencia en la carrera, donde pudo perfeccionar su rol, haciendo cámara en varios cortometrajes y también dirigiendo uno llamado “Torsión”.

“Hemos podido grabar proyectos personales con los equipos de la carrera, como un videoclip para Azotea Bulnes y otro que dirigió Lola Contreras, además de otros proyectos de Iñaki Velásquez. Es una buena instancia de aprendizaje porque trabajas con otros equipos y ganas experiencia”, dice.

-¿Qué es lo que más valoras de Cine UDD?

-Que he tenido una buena experiencia. Valoro a los profesores, porque he sentido su acompañamiento cuando estamos haciendo un corto. Y también el apoyo de la carrera, que nos ayuda con los equipos técnicos para realizar, incluso, proyectos externos.