El auditorio está casi lleno y se nota una energía que sólo pueden transmitir aquellos cuya curiosidad y ganas de saber es una forma de vida. Todos esperaban a Ramón Ulloa, muchos buscan alguna respuesta, un impulso y sí, el hombre, quiera o no, es un rostro televisivo y eso es un plus para quienes quieren escucharlo.

El periodista de Canal 13, y conductor de “Anónimos”, entra sencillo y sonriente al salón principal de la Universidad del Desarrollo y sabe lo que significa su presencia. Entiende que todos los escolares de cuarto medio de diversos colegios de Concepción, San Carlos, Los Ángeles, Chillán, Temuco; buscan atreverse con la opción académica de Periodismo, y parece que lo logra. El profesional en pantalla y fuera de ella es creíble.

Los secundarios que participan en un taller vocacional organizado por la Facultad de Comunicaciones, comenzaron a conocer en vivo a Ulloa, quien se presenta como un hombre del sur, que se crió en una de las islas vecinas a la de Chiloé – una de esas que ni siquiera tienen nombre en el mapa – y que creyó que el determinismo no era la consigna, que construir el propio futuro sí es posible, pese a crecer en un lugar tan lejano e inhóspito como la zona austral.

Y así, luego de estudiar electromecánica en un liceo de Puerto Montt, asumió que ser un “come fierro” no era lo suyo y voló a la capital para forjar el profesional que hoy es.

Se la jugó por hacer su práctica en 1990, antes de terminar la carrera, y le tocó cubrir el área internacional, ordenando documentos en la sala de teletipos de Televisión Nacional. Recuerda cómo se inició su cercanía a las grandes noticias y con risas de por medio, agradece a Saddam Hussein. Así es, porque cuenta que como no había nadie más en prensa – por la hora en que partió la Guerra del Golfo Pérsico – siendo un estudiante debió aparecer en pantalla. Y cumplió. Luego llegó Canal 13 y hoy se consolida en el departamento informativo de aquella estación.