“La chupilca del diablo” está exactamente en la mitad de su proceso de rodaje. Hasta el momento va todo como fue planificado. Se ha filmado en Rancagua, en el Rodeo de dicha ciudad, en las calles y fuentes de soda de Estación Central y por supuesto en la licorería de General Velázquez.
La casona de dos pisos con oficinas y dormitorios, unida a un galpón donde se preparan mentas y enguindados, y en cuyas murallas el tiempo ha dejado su huella, tiene la ambientación perfecta para la historia: Eladio (Jaime Vadell), un anciano alejado de su familia y que ha empeñado toda su vida en una antigua fábrica ilegal de licores, empieza a conocer a Javier (Camilo Carmona), su nieto mayor, una relación que los hará verse reflejados.
“Me tienen secuestrado en este lugar, si no es por el sonido de los trenes no sabría donde estoy”, bromea Jaime Vadell, protagonista de casi todas las escenas de la cinta del director Ignacio Rodríguez y su equipo de 5to Año: Tomás Arriagada (productor ejecutivo); Matías Jeffs y Constanza Zeballos (guionistas); Constanza Cabrera (jefa de producción); Felipe Andrade (asistente de dirección); Matías Illanes (director de fotografía); Romina Lorca (directora de arte) y Jaime Amunátegui (montaje).
En los próximos días se realizarán las escenas de la noche de navidad de un rodaje que en total tiene planificado durar 22 días.