Eugenio Arteaga, director de Dead Candi, habla de la fortuna que tuvieron para filmar una cinta que busca retratar a la juventud chilena.

Hace unas semanas Eugenio Arteaga se enfrentó al primer corte de Dead Candi. Esa edición hubo que hacerla antes de lo programado, pues la locación principal del filme fue una casa que sería demolida en pocas semanas.

“El corte estuvo centrado no en cada plano, sino en ver el material. Como iban a demoler la casa, la rayamos entera e hicimos las retomas. Ahora esas imágenes son muy importantes en la película”, cuenta el estudiante de 5to año.

Fue un rodaje muy amable, reconoce Arteaga. Y también afortunado: “Necesitábamos un día nublado y amanecía nublado, cuando necesitamos carabineros y no los conseguimos, filmamos al lado de ellos y quedó mucho más natural. Durante las tomas de la presentación del personaje principal cayó un rayo cuando la cámara llega a su rostro.Fue un rodaje muy circunstancial”, explica.

Este largometraje de egreso que dirigió hace unos meses, un drama familiar con referencias como las películas Maté a mi madre y Transpoting, busca dar una mirada a la juventud chilena y su naturaleza compleja.

“La idea es que representaran la media de la juventud, como carretean, como se comunican, cómo no se comunican. Tiene mucha sexualidad, pero no explícita. El protagonista tiene un marcado complejo de Edipo”, agrega.

Para ello trabajaron con actores jóvenes como Admin Felmer, quien es actor de teatro y Nicolás Durán, quien dejó el colegio a los 14 años, cantó en programas de televisión y ahora lleva más de seis películas. De los personajes mayores, destaca María Olga Matte (ambas Tres, La madre del cordero).

“María Olga es una actriz que nos acomoda mucho, tiene el corazón abierto para trabajar con jóvenes y muy moldeable como intérprete”, dice Eugenio.