Fotologs: el nuevo diario de vida de los adolescentes

Casos de suicidio juvenil recientes han hecho que los medios descubran el fenómeno de los fotologs entre los jóvenes (lo que habla de paso de sus limitaciones para adentrarse de otra manera en ciertas realidades). Verdaderos diarios de vida digitales que se iniciaron en 2002, cinco años después que John Berger, acuñara el término weblog.

Los fotologs están abiertos a todos los cibernautas y permiten a sus autores expresar sus opiniones, incluso las más privadas, recogiendo a través de post las reacciones de quienes los visitan. Un primer dato que ratifica el crecimiento explosivo de los fotologs entre los jóvenes chilenos es que su número es mayor que el observado entre sus similares de España y Argentina, por ejemplo.

Pese a la importancia de los fotologs, y su enorme potencial en materia de comunicaciones, marketing y publicidad, los acercamientos metodológicos para su conocimiento son escasos y -en general- todavía no logran entregar una visión general del fenómeno. Efectivamente, investigar hábitos de consumo de contenidos en Internet plantea desafíos interesantes desde el punto de vista metodológico y obliga a desarrollar nuevas estrategias para realizar aproximaciones que reflejen, de la forma más fidedigna y amplia, las preferencias del público.

Una aproximación es a través de los estudios cualitativos en los que se realizan básicamente análisis de contenido de las fotografías de los sitios. Es una alternativa interesante y útil en una perspectiva micro, pero dada la diversidad del universo de fotologs resulta engorroso lograr una comprensión general del fenómeno y que entregue insumos generalizables a quienes toman decisiones en audiencias.

Otra aproximación es la cuantitativa. Para este tipo de indagación las encuestas pierden validez ya que las respuestas muchas veces están teñidas por el deber ser de lo declarativo (similar al efecto “cultura” en los estudios sobre televisión). Los registros virtuales pueden ser una alternativa más válida, pero este procedimiento puede estar contaminado por el aviso de la existencia de un software de seguimiento y además es difícil detectar el perfil de quienes visitan distintos sitios en un solo computador.

Una alternativa que puede perfeccionarse en el tiempo es la generación de una base de datos con personas que actúan como informantes clave. En primer lugar se realiza una sencilla clasificación previa (sexo, edad, gse, tipo de colegio, etc) y luego se pide a cada persona que le pida a un número determinado de pares que le envíen los sitios visitados por ellos en un lapso de tiempo. Es una alternativa que tiene ventajas porque está basado en la confianza (por lo que el “efecto cultura” se modera notablemente) y porque entrega pistas claras sobre los perfiles de quienes visitan los sitios.

Un ejercicio en este perspectiva fue realizado por la empresa Subjetiva a principios del año 2006 para la Gerencia de Marketing de Bancoestado. En ese estudio se descubrió que (agregados) los sitios de fotologs son los sitios más visitados por los jóvenes en su conjunto (42%), que son más visitados por mujeres que hombres (24% contra 67%) y que tiene mayor presencia entre los más jóvenes (entre 14-18 años el 100% declaró visitar fotologs, versus 25% entre 19 y 25 años y un 1,5% entre jóvenes de 25 a 29 años).

Este estudio entrega una alternativa viable, de bajo costo y alta confiabilidad, que si se aplica considerando los criterios de clasificación socioeconómica y otros patrones de consumo de contenidos puede transformarse en una potente herramienta de análisis de este tipo de medios. ¿Qué hay detrás de los fotologs? ¿Qué impulsa a los adolescentes a hacer públicas sus sentimientos? ¿Qué información útil podemos obtener para entender las claves que motivan hoy el consumo juvenil? Son algunas de las preguntas que permiten ir respondiendo un perspectiva metodológica como la señalada.

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