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Dominga Sotomayor: “Tenía ganas de hacer una película donde los niños toman decisiones y son víctimas de esas decisiones”

Luego de un elogiado circuito de festivales internacionales, la directora Dominga Sotomayor presentó “Tarde para morir joven” en el Ciclo de Cine UDD y conversó con los estudiantes de nuestra carrera.

“Tarde para morir joven” (VER TRAILER) se estrena este jueves en salas comerciales. Sin embargo el jueves pasado tuvo un prestreno en el Ciclo de Cine UDD, dondela directora Dominga Sotomayor fue la encargada de presenta el filme.

La película, una narración coral, se enmarca en los inicios del retorno a la democracia en Chile, durante el verano de 1990. En una comunidad aislada, Sofía (16), Lucas (16) y Clara (10), enfrentan sus primeros amores y miedos, mientras se preparan para la fiesta de año nuevo. Puede que vivan lejos de los peligros de la ciudad, pero no de los de la naturaleza.

La crítica internacional ha sido particularmente elogiosa y la película tuvo un recorrido por festivales internacionales, incluyendo Sarajevo, Toronto, Nueva York, Hamburgo, Montreal, Londres, Chicago, Sao Paulo, Viena, Rio de Janeiro, Tesalónica y La Habana, además de certámenes en países como Egipto, Islandia, China, Suecia y México, y exhibiciones en importantes festivales chilenos como SANFIC y Viña del Mar.

De la cinta y de todo esto conversó Dominga Sotomayor con la profesora Antonella Estévez y los estudiantes de Cine UDD que llegaron en masa al Auditorio 114 para ver la película ganadora de Mejor Dirección en el Festival de Locarno y que está inspirada en la infancia de la también directora del largometraje “De jueves a domingo”.

“Yo viví en un lugar parecido a éste. Finalizando la dictadura llegamos a la Comunidad Ecológica de Peñalolén con mi mamá. Deben haber sido 10 casas que empezaron a construir personas que querían vivir más conectados con la naturaleza y que para mi fue una infancia increíble que recuerdo con nostalgia. Un lugar imposible”, dijo la cineasta.

Antonella: La película no aborda directamente el periodo político, sino que está de fondo.

-La película retrata un momento aparentemente insignificante, no la historia del fin de la dictadura. Retrata la pérdida de la inocencia, una idea de pérdida, la transición de un país que está pasando a otra cosa y de personas que están dejando de ser niños en una comunidad de personas que tienen la ilusión de tener una nueva vida.

-¿Por qué el título “Tarde para morir joven”?

-El título me llegó antes de la película. Jóvenes que ya son viejos, que ya no pueden volver atrás, que han crecido en tiempos difíciles. Tenía ganas de hacer una película donde los niños toman decisiones y son víctimas de esas decisiones. Es una película de un lugar al que llegan personas, el lugar tiene la misma jerarquía que los personajes, se pierden en un lugar donde no hay un límite entre lo interior y lo exterior.

-¿Qué significó para ti como feedback ganar el premio a la Mejor Dirección en el Festival de Locarno?

-La sensación de que uno no está tan loco. Al principio tuvimos puros no. Fueron 3 años en que no ganamos el Fondo Audiovisual, nos conseguimos recursos con un productor brasileño. Pensaba que era una película dispersa pero la gente conecta con los personajes de manera emotiva, sin espacios de tiempo. Y bueno, que directores que te inspiran estén en el jurado es emocionante.

-Estudiante: En la película hay muchos actores que no lo son profesionalmente ¿Cómo fue el casting?

-En mi manera de trabajar el casting es clave. Busco personas con ciertas complejidades que puedan manifestarlas en la película. Que te estén pasando cosas es algo que no se puede actuar, entonces trato de que ellos se parezcan lo más posible a ellos mismos en el contexto de la historia que quiero contar.

-Estudiante: ¿Qué fue lo más difícil de filmar?

-Decidimos filmar en la misma comunidad pero la ciudad creció y está todo urbanizado. Intentamos deconstruir el lugar, encontrar esos rincones donde no hay cables de tendido eléctrico ni rejas en las casas. Por otro lado, las coreografías de 30 personas son complicadas.